El espacio oficialista nacional ganó en Capilla del Monte, La Falda, Tanti, La Cumbre y Huerta Grande.
Punilla repudió la obediencia ciega a Schiaretti con una ola libertaria que aplastó a los intendentes serviles. La Libertad Avanza dominó cada urna, dejando en ridículo a los alcaldes que juraron lealtad absoluta. El departamento del interior cordobés dejó en claro que la sumisión no paga en las urnas cordobesas.
Mientras los intendentes lamían, en vano, las botas de Schiaretti, Punilla eligió libertad sobre servilismo, ridiculizando sus tácticas obsoletas. La paliza electoral fue un mensaje claro: la lealtad ciega no tiene lugar en Córdoba. Así, los intendentes deberán reflexionar acerca de sus futuras lealtades partidarias.
En La Falda, el radical Javier Dimienger se arrodilló ante Provincias Unidas, pero sus 2.643 votos no alcanzaron ante 3.738 libertarios. Tanti fue otro fiasco para el radical Emiliano Paredes, cuya devoción dio 1.703 votos, opacados por 2.043 del rival.
Obsecuencia inútil: Punilla castiga la sumisión con votos
Huerta Grande mostró a Germán Corazza mendigando favores de Schiaretti, pero sus 1.338 votos palidecieron ante 1.426 libertarios. Fabricio Díaz, en Capilla del Monte, sumó solo 2.034 votos contra 2.311 libertarios. Mariana Caserio quiso ser la nueva referente peronista en Punilla, pero su servilismo no le trajo ningún resultado positivo y ahora deberá replantear su futuro.
Díaz, Dimienger, Paredes y Corazza creyeron que besar la mano de Schiaretti conllevaría beneficios, pero el voto liberal los abofeteó. Sus promesas vacías chocaron contra una ciudadanía harta de obsecuencia estéril y los mismos resultados políticos de siempre. Ahora tendrán que definir si continúan siendo serviles a un espacio político con escaso apoyo electoral o si abandonan el proyecto.
En La Cumbre, con Facundo Cepeda como referente, La Libertad Avanza se impuso con 1.886 votos, aplastando a Provincias Unidas. Cepeda, con compromiso real, acompañó a La Libertad Avanza, que obtuvo el 39,88% de los votos en su ciudad. Su trabajo genuino y con valores políticos reales contrastó con los intendentes que se arrastraron por migajas de poder y se quedaron sin nada.
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