El manejo discrecional de casi 4 mil millones de pesos del programa «Redes del Cuidado» por parte de pastores evangélicos expone un entramado de poder religioso que interfiere directamente en la administración estatal de Santa Fe.
El diputado Miguel Rabbia denunció que fondos destinados a la prevención de adicciones fueron transferidos a fundaciones recién creadas vinculadas a la red de Walter Ghione. La situación revela no solo un vaciamiento de recursos públicos, sino también la consolidación de un poder territorial con fines políticos, en un contexto donde el gobierno nacional de Javier Milei mira para otro lado.
En Santa Fe, los pastores evangélicos no solo predican, sino que también administran millones de pesos del presupuesto provincial. Bajo el liderazgo de Walter Ghione, presidente del partido UNO y diputado provincial, lograron quedarse con el control de la APRECOD, la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones, y la gestión del sistema penitenciario juvenil.
El diputado peronista Miguel Rabbia alertó que cerca de cuatro mil millones de pesos del programa «Redes del Cuidado» fueron transferidos a fundaciones vinculadas directamente a la red de Ghione. Algunas de estas asociaciones, como «Perseverar», nacieron hace apenas meses y aun así recibieron más de mil millones por decreto. Otro caso, la Cooperativa OLH de Carcarañá, acumuló 675 millones en depósitos mensuales entre noviembre de 2024 y septiembre de este año, mientras que «Rockas Vivas», constituida en marzo de 2025, recibió más de 900 millones.
Estos movimientos no se explican por la experiencia o trayectoria en prevención de adicciones. Dirigentes sociales de Carcarañá confirmaron a LPO que el trabajo de la Cooperativa OLH en la ciudad es prácticamente desconocido, evidenciando la ausencia de criterios técnicos y sociales en la distribución de fondos. El mecanismo, según los documentos recabados, privilegia los vínculos políticos y religiosos por encima de la utilidad social de los programas.
Ghione, que días antes de asumir afirmó que su gestión buscaría articular el trabajo espiritual con la atención estatal a las adicciones, ha demostrado un entendimiento muy distinto de la «prevención». Su estrategia combina la consolidación de templos, la colocación de aliados en puestos clave y la creación de fundaciones propias para apropiarse de recursos estatales. En la Legislatura se sospecha que su ambición excede a Santa Fe, con planes de expandir su red a nivel nacional y fortalecer un poder territorial que sirva a fines electorales.
El caso evidencia no solo la opacidad de la gestión provincial, sino también la permisividad del gobierno nacional de Javier Milei frente a estas prácticas. Mientras la administración central impulsa reformas económicas que reducen derechos y programas sociales, se tolera el uso de recursos públicos para fortalecer intereses religiosos y políticos privados. La combinación de poder económico, influencia religiosa y objetivos electorales genera un escenario de preocupación ciudadana, donde la transparencia y el control de fondos quedan subordinados a maniobras partidarias.
La situación en Santa Fe pone sobre la mesa un dilema profundo: el uso de la religión como herramienta de consolidación política y acceso a recursos del Estado, bajo la mirada complaciente de un gobierno que ya ha mostrado su inclinación por favorecer intereses privados por encima del interés general. La evidencia presentada por Rabbia no deja lugar a dudas: se trata de un vaciamiento sistemático y calculado, disfrazado de labor social, que erosionan la confianza pública y cuestionan la legitimidad de los programas de prevención de adicciones en la provincia.
Fuente
.https://www.lapoliticaonline.com/santa-fe/pastores-aliados-a-pullaro-transfirieron-millones-desde-la-agencia-de-prevencion-de-drogas-a-fundaciones-fantasmas/