Carlos De Feo, secretario General de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), conversó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) sobre la situación crítica que atraviesan las universidades nacionales y sus docentes tras el veto del presidente Javier Milei a la ley de Financiamiento Universitario.
“Las universidades están en una situación sumamente crítica de recursos y salarios, y estamos perdiendo docentes. Calculamos que entre 10 mil y 15 mil docentes se han ido, y la pérdida de estudiantes se multiplica por cinco. Esta es la magnitud de la crisis que atraviesa nuestro sistema universitario”, comenzó Carlos De Feo.
El titular de la Federación Nacional de Docentes Universitarios explicó que, si bien existen debates internos sobre posibles mejoras en la universidad, “eso no evita que haya que garantizar financiamiento. No es todo perfecto, pero sin recursos adecuados, la calidad educativa se desploma, los docentes no pueden vivir dignamente y los estudiantes pierden becas, tutorías y comedores“.
Sobre el veto a la ley, De Feo señaló que se trata de “una política de ahogo económico que afecta a todos los sectores universitarios, mientras se benefician otros actores sin tocar los problemas estructurales. Hablan de reformas, pero lo único que hacen es hambrear a los docentes“.
El dirigente universitario detalló la precarización laboral que sufren los docentes: “El 80 por ciento tiene cargos simples de 10 horas semanales, que pagan un cuarto de lo que cobraría un cargo de dedicación completa. Antes, un docente podía juntar cuatro cargos simples y ganar 1,6 millones de pesos; hoy, con cuatro cargos, apenas llega al millón. Muchos prefieren reducir sus cargos y buscar otros trabajos, incluso fuera del sistema educativo, como conducir un Uber, porque es menos esfuerzo y más remunerativo“.
De Feo destacó además el valor del sistema universitario argentino: “La universidad argentina es uno de los tres sistemas más grandes de América Latina y el más prestigioso en ranking mundial. Está profundamente entrelazada con el sistema científico-tecnológico, y su perfil popular la convierte en una herramienta de movilidad social real“.
Finalmente, cerró con un mensaje sobre la relevancia de la educación pública: “La universidad pública sostiene un despliegue territorial en sanidad, legislación y políticas educativas. No es partidaria ni clientelar; es de terreno y de calidad. Cuidarla no es un capricho, sino una necesidad para el futuro del país”.
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