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Leernos tiene sus privilegios

Por las dudas de los inversores, podría haber suba de tasas para calmar la demanda de dólares

No se espera una semana positiva. Sobre el final de la rueda del viernes bonos y acciones recortaron ganancias y se teme que la tendencia se prolongue

El tema que dominará los mercados en la semana es el caso de los audios. Más allá de cómo puede afectar al Gobierno en las elecciones, el escándalo fue creciendo y ganando lugar en los medios y las redes sociales.

Las primeras reacciones en redes son de desencanto, pero no de cambio del voto. Puede incidir en la cantidad de gente que vaya a votar el 7 de setiembre en las legislativas bonaerenses si no hay una explicación creíble. Pero el problema se agranda porque al unísono el Congreso lo atacó en la médula de su plan económico: la ley Bases.

Por de pronto, alrededor del presidente Javier Milei se comenzó a ensayar una defensa sobre la autenticidad del audio. Hay tantas teorías como coincidencias en una estrategia que coincide con la avalancha de leyes y anulación de vetos presidenciales.

El audio está editado y desaparece el interlocutor. Son pocos los que creen que alguien le pudo hablar al presidente mal de su hermana. Las semanas previas a las elecciones conforman la guerra más sucia, más allá de la veracidad de las denuncias. Todas estas dudas se las plantea el mercado, porque sobre el final de la rueda bonos y acciones comenzaron a recortar ganancias y se teme que la tendencia se prolongue.

Tasas y actividad

Las principales consultoras tomaron en cuenta del dato político que se une a un mercado donde el predominio de las tasas de interés está marcando un retroceso de la actividad económica. Ahora, la balanza se inclina hacia el peronismo que puede ser el ganador en la provincia de Buenos Aires, pero si el margen es escaso no lucirá como triunfo.

FMyA, la consultora que dirige Fernando Marull destacó que “en un clima político bastante malo para Milei, el Gobierno sigue viendo si le encuentra la vuelta a estabilizar las tasas de interés en niveles altos, que el dólar no se mueva mucho de $1.300 y que la inflación siga estable. En la semana no consiguió estabilizar las tasas, pero sí el dólar (rebotó solo un poco) y la inflación, que dio baja (0,4), apuntando a 2,1% en agosto). Los datos de actividad de junio dieron mal, pero esperamos que en julio den un poco mejor: asumimos que un dólar más alto puede ser más expansivo (por construcción, exportaciones) que tasas de interés más altas”.

Más adelante agrega que los datos fiscales siguen bien “pero en el Congreso, el oficialismo la pasó mal. En diputados y Senadores. Al menos, evitó la suba de jubilaciones (0.4%PBI) que pondría en jaque el superávit fiscal de 1,6% del PBI de 2025”.

Según FMyA, “el mercado sigue descontando empate en las elecciones. Casualmente, no es una previa financiera muy diferente a cómo llego Macri en 2017 a las Elecciones. En esa oportunidad, el dólar antes de las elecciones valía $1.290, el Merval USD 1.616 pero el Riesgo País era mucho menor, 438 puntos básicos ¿Conclusión? No está inclinado por ningún escenario hoy. ¿Qué esperar las próximas semanas? Si el 7 de septiembre en PBA al Gobierno le va mal (que pierda por más de 5 puntos), en las 6 semanas siguientes el dólar puede subir y los bonos bajar, pero esto debería ser transitorio. Las encuestas nacionales siguen dando ganador a Milei en octubre. Por lo que, si gana, se revertirá la suba del dólar y baja de bonos ocurrida durante setiembre. Nuestro escenario es empate (o perdida acotada) en PBA y Milei gana en octubre. Se vienen semanas picantes: Inversores adversos al riesgo o pesimistas deberían cubrirse”.

Dos caminos

Para Equilibra “tras los comicios, hay dos posibles caminos: una baja de tasas respaldada por un triunfo oficialista que reduzca las presiones cambiarias y el riesgo país sin necesidad de una fuerte corrección del dólar; o bien un ajuste cambiario para recomponer competitividad externa, acumular reservas y bajar el riesgo país, a costa de mayor presión inflacionaria y recesión en el corto plazo”.

Sobre el efecto de las elevadas tasas la consultora indica que en un contexto de suba de tasas, encajes y morosidad “es probable que los bancos asuman una posición defensiva limitando el otorgamiento de crédito en pesos al sector privado. Si esto ocurre, el amesetamiento del nivel de actividad en términos desestacionalizados, podría transformarse en una recesión. Entre los principales motivos se destacan: la menor disponibilidad de financiamiento en pesos y a un mayor costo; la creciente tensión en la cadena de pagos (por estiramiento de plazos y cheques rechazados) y el impacto directo de una menor intermediación financiera en la actividad (este sector, que pesa casi 5% del PBI, viene liderando la recuperación junto con minas y canteras)”.

El análisis macro del Banco Santander advierte que “de cara al futuro, mantener la disciplina fiscal sigue siendo el principal objetivo del Gobierno para consolidar la desinflación, aunque actualmente presenta desafíos en dos frentes. Primero, el Congreso está avanzando con varias iniciativas, incluido un proyecto de ley para aumentar el gasto público que está pendiente de votación”. En segundo lugar, prosigue, “enfrentamos a fuertes aumentos en las tasas de interés de los títulos de deuda del Tesoro en moneda local. Esto afecta especialmente a las letras del Tesoro y bonos que capitalizan las tasas de interés.

El peso de la deuda

En su último informe, el FMI indicó que la suma de estos intereses capitalizados hicieron que los pagos alcanzaran 1,2 puntos del PBI acumulado hasta mayo, cifra que habría aumentado marginalmente debido a la fuerte aumento de las tasas en subastas recientes. Sin embargo, a pesar de ello y como consecuencia de la subida del tipo de cambio durante el mes de julio, la deuda cayó significativamente en USD 18.100 millones, de los cuales 15.700 millones correspondieron a una contracción de la deuda en pesos (4,1 millones de dólares) 1.000 millones en deuda a tasa fija y USD 11,6 mil millones en deuda indexada a la inflación)”.

Para Econométrica la economía depende de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires “que explican 37% del padrón nacional. Mientras más favorable sea el resultado para el Gobierno, más rápido se recuperará la demanda de pesos dejando espacio para desarmar el apretón monetario. El resultado de las elecciones en PBA tendrá fuerte impacto en las expectativas para las elecciones nacionales de octubre. El resultado se leerá como el techo del peronismo y el piso de La Libertad Avanza para la contienda nacional. En definitiva, la economía entró en estrés previo a las elecciones legislativas dado las opciones políticas antagónicas. Este nuevo equilibrio ente tasas y dólar encontrará su desenlace tras las elecciones, donde reaparecerá con fuerza la demanda de pesos y las tasas bajarán para ponerse más en línea con las expectativas”.

Picante

Según EconViews “pasó otra semana picante en Argentina” donde “como si fuera poco, estalló un escándalo de corrupción que salpica a funcionarios cercanos a Karina Milei. El balance: un gobierno cada vez más aislado en el Congreso, con la oposición buscando pincharle el equilibrio fiscal y la credibilidad erosionada”. El informe indica que “por el lado económico, el panorama no es mejor. Caputo confirmó que la política monetaria hiper restrictiva va a seguir hasta las elecciones. La estrategia se basa en la idea de que el electorado valora por encima de todo la baja de la inflación y un dólar controlado. Por lo que marcan las encuestas, al menos hasta ahora, el diagnóstico parece correcto. Pero la frazada empezó a quedar muy corta y el impacto en términos de crecimiento ya es notorio”.

EconViews señala que los números “empiezan a hablar”. Y enumera: “la economía no sólo se frenó, sino que retrocede. La actividad cayó 0,7% mensual en junio y se ubicó 0,6% por debajo de fines del año pasado. El 5,5% de crecimiento que estimaban Gobierno y FMI para 2025 quedará más cerca del 4%, explicado casi enteramente por el rebote del segundo semestre del año pasado”.

Luego agrega que “la pregunta que nos hacemos algunos economistas es si no sería mejor optar por otra combinación de tipo de cambio y tasa de interés que permita descomprimir un poco la tensión. La lógica indica que sí. Pero Caputo ya adelantó que esto no va a suceder hasta después de las elecciones. El problema es que, a medida que nos acerquemos a octubre, la presión puede ir en aumento y llevar a tasas todavía más altas, más aún si el mercado descuenta que habrá un giro en la política económica tras los comicios”.

La consultora prevé que “la apuesta del Gobierno es entonces aguantar estos meses, ratificar en las urnas y descomprimir después de octubre. Esto debería incluir llevar el tipo de cambio a niveles más razonables, poder acumular reservas y bajar el riesgo país para que lleguen inversiones. Hasta entonces, toca seguir transitando este largo y tortuoso camino”.

Desde el norte

La consultora F2 de Andrés Reschini hace un análisis que incluye lo que está sucediendo en Estados Unidos. “El discurso del presidente de la Reserva Federal; Jerome Powell en el Simposio de Jackson Hole tuvo un tono más dovish (suave) que lo que el mercado esperaba y abrió camino a un recorte de tasas en la reunión de setiembre. Tanto el equity americano como los bonos emergentes reaccionaron al alza mientras el dólar en el mundo se debilitó.

La soja en Chicago terminó con una suba modesta, aunque en la semana anotó un incremento del 2,8%. Pero aún con un dólar más débil, un mejor humor para la deuda de emergentes y la soja en suba, los activos argentinos no logran despegar. El mercado guarda cautela aturdido por el ruido de la política, la actividad estancada y una caída en la Confianza del Consumidor que mide la Universidad Torcuato Di Tella de 13,9% en agosto respecto a julio”.

El informe agrega que “el Gobierno mantiene un estricto control de los agregados monetarios con el propósito de mantener a raya el nivel de nominalidad y con la licitación fuera de cronograma del lunes sumada a un incremento en los encajes, la oferta monetaria continúa sufriendo el apretón. Esto combinado con incertidumbre electoral, un Congreso que cada vez se torna menos afín al oficialismo y un inoportuno desarme de LEFI, empujan al mercado a exigir mayores rendimientos en moneda local cuyas consecuencias se hacen notar en los ratios de morosidad. Lo positivo es que aún no se verifican saltos en las expectativas inflacionarias”.

Lo cierto es que todas las consultoras tornaron sus informes más pesimistas y el dólar vivirá una semana de demanda por cobertura. Los bonos y acciones pueden ser las víctimas de este escenario. La reflexión final, es que hay que soportar el temporal hasta fin de octubre. En la Argentina, eso es el largo plazo.

Infobae.com