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Leernos tiene sus privilegios

In fraganti a un ministro de seguridad teniendo relaciones carnales con su secretaria en su despacho.

En un hecho insólito, pero no por eso poco frecuente. Un ministro de las áreas calientes del gobernador, Axel Kicillof lo encontraron in fraganti en su despacho con las manos en la masa, en una situación difícil de explicar.

Se trata del ministro de Seguridad, Javier Alonso, que vivió un momento de tensión extrema y no por el crecimiento de las tasas de delitos que vive la provincia de Buenos Aires y en especial el Conurbano, sino porque se encontró en una situación sexual junto a su secretaria, Candela Marconi, para sorpresa de los presentes.

La situación se dio cuando la custodia del ministro presumía que ya no estaba en sus oficinas que tiene en la Base Operativa Puente 12, sobre Ruta 4 en plena Matanza, y se procedió a la habitual recorrida y limpieza de las oficinas, incluso la del jefe de la cartera. En ese momento, el ministro permanecía junto a su secretaria para sorpresa del personal de maestranza.

La situación no quedó ahí. El ministro, ofuscado y al borde de una crisis de nervios, comenzó a los gritos que alertó a muchos de los funcionarios que todavía permanecían en una tarde oscura de La Matanza, aunque parecía que le había llegado la primavera.

En venganza, el ministro llamó al jefe de Policía y le ordenó desplazar a los presentes que, sin razón alguna, gozaron de los traslados que la fuerza de seguridad acostumbra cuando las cosas no funcionan bien.

La secretaria en cuestión, que provecha de las mieles de convertirse en la primera dama del ministerio, recorre el trayecto que la separa de su ciudad de origen, La Plata, en el helicóptero que corresponde a la Policía y que sirve para, entre otras cosas, los patrullajes aéreos que hace la división.

Particularmente, el affaire del ministro y la secretaria también se da en su viaje que comparten a la capital bonaerense en el helicóptero, donde el jefe del ministerio más caliente de la provincia tiene su casa de descanso, aunque aparece en su última declaración jurada con una valuación fiscal de menos de un millón de pesos y por la cual le corresponde el 50 por ciento por ser un inmueble ganancial con su conyugue.

Esperemos que el ministro haya aprendido la lección y utilice los hoteles transitorios que hay por Ruta 4 y que son más cómodos que las oficinas donde deberían visitar los intendentes bonaerenses para resolver los problemas de un tema caliente como la seguridad.

Agencia NOVA