27/06/2025

El gobierno se endeudará en 2.300 millones de dólares para comprar armas en Francia

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Es por la compra de tres submarinos clase “Scorpene” al astillero de mayoría estatal francés Naval Group, el costo de cada unidad rondaría los 766 millones de dólares.

El gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, ha dado un paso significativo hacia la adquisición de tres submarinos “Clase Riachuelo” (versión del submarino francés Scorpene diseñada para Brasil) a través de la firma de una carta de intención a con Naval Group, empresa controlada mayoritariamente por el Estado francés. Esta negociación implica una inversión de 2.310 millones de dólares, financiada mediante un crédito plurianual que se encuentra incluido en el Proyecto de Presupuesto 2025 presentado por el Ejecutivo.

Durante una visita oficial a Francia en octubre, el ministro de Defensa, Luis Petri, y el jefe de la Armada, VL Carlos Allievi, firmaron una Carta de Intención (LOI) que, aunque no vinculante, establece las bases para avanzar en un contrato definitivo. Los submarinos propuestos, diseñados específicamente para misiones de largo alcance, cuentan con una autonomía de hasta 70 días bajo el agua, una eslora de 71,6 metros, y la capacidad de lanzar hasta 18 torpedos F-21 o misiles como el SM-39 Exocet y el Harpoon. La construcción de estas unidades podría realizarse íntegramente en Francia (la opción que suena con más fuerza), con la posibilidad de fabricar/ensamblar algunas piezas en Argentina, aunque el proyecto descarta la participación de Brasil, pese a las similitudes con el modelo brasileño.

Impacto presupuestario y prioridades cuestionadas

La decisión de priorizar esta millonaria inversión militar ha generado fuertes críticas, ya que se da en un contexto donde la educación, la ciencia y la investigación enfrentan recortes presupuestarios severos que ponen en riesgo su funcionamiento. Según analistas, el presupuesto destinado a estos sectores se encuentra en uno de los niveles más bajos de la historia reciente, afectando directamente la calidad educativa, el acceso a becas y el financiamiento de proyectos científicos esenciales para el desarrollo del país.

En contraste, el gasto en defensa para reponer la capacidad submarina perdida tras el siniestro y hundimiento del ARA San Juan en 2017—tragedia que marcó al país y desató controversias políticas por las irregularidades en la gestión del gobierno de Mauricio Macri que entre otras cosas incluyó el espionaje ilegal a los familiares de los marinos fallecidos—aparece como una prioridad para la administración actual. Aunque se reconoce la importancia de contar con una flota moderna para proteger la soberanía marítima, semejante inversión de una compra “llave en mano” genera preguntas sobre el equilibrio entre seguridad nacional y desarrollo.

Argumentos a favor y en contra

Los defensores del proyecto señalan que los submarinos “Clase Riachuelo” son necesarios para recuperar capacidades estratégicas en un contexto de creciente actividad y relevancia geopolítica del Atlántico Sur, como la explotación de recursos naturales y la presencia de flotas extranjeras. Además, subrayan que la incorporación de tecnología avanzada y sistemas de armas modernos posicionará a Argentina entre los países con una defensa marítima de primer nivel.

No obstante la aprobación del crédito para los submarinos aún depende del Congres Nacional, lo que abre la puerta a un debate sobre el rumbo que debe tomar Argentina en un contexto de crisis económica y discursos de austeridad con ajuste selectivo. Mientras el gobierno avanza con este proyecto, la comunidad educativa y científica espera respuestas ante un panorama que amenaza con profundizar la precarización en sectores clave para el desarrollo del país, un ajuste que va a contramano del rumbo tomando hace décadas por los países hoy desarrollados admirados por la administración libertaria.

Fuente : https://primereando.com.ar/