Sabor agridulce para el Gobierno que no pudo sostener el artículo en condiciones favorables
El Gobierno argentino logró la aprobación del Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados, aunque no sin dificultades. A pesar de las negociaciones frenéticas hasta último momento, el oficialismo sufrió un revés significativo al no poder derogar las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento universitario. Este presupuesto marcará el primer gran plan de gastos de la gestión del presidente Javier Milei, quien en anteriores ocasiones tuvo que recurrir a prórrogas del presupuesto del año 2023.
Para la aprobación del texto en general La Libertad Avanza (LLA) contó con la ayuda del Pro, la UCR, el MID, los peronistas disidentes de Elijo Catamarca (responden al gobernador Raúl Jalil), los tucumanos de Independencia (del gobernador Osvaldo Jaldo), los siete diputados de Innovación Federal (Salta y Misiones), la diputada de La Neuquinidad (gobernador Rolo Figueroa), un diputado de Por Santa Cruz (gobernador Claudio Vidal), y los dos sanjuaninos de Producción y Trabajo (gobernador Marcelo Orrego).
Fuerza Patria, Encuetro Federal y la izquierda rechazaron el proyecto. Provincias Unidas se abstuvo pero tuvo un rol importante al inicio de la sesión cuando Nicolás Massot, Miguel Pichetto y un grupo de diputados de Córdoba ayudaron a alcanzar el quórum.
A pesar de esta unión, el artículo 75, que buscaba derogar las leyes de emergencia, no consiguió los votos necesarios y quedó rechazado por parte de varios aliados del oficialismo. Esta situación pone de manifiesto la fragilidad de la alianza oficialista y las tensiones internas que la atraviesan.
Desde la oposición, se criticó abiertamente el presupuesto presentado, argumentando que las previsiones económicas son poco realistas. El texto prevé un crecimiento del 5% del PIB con una inflación anual estimada en el 10,1%, números que varios legisladores cuestionaron ante la falta de medidas concretas para reactivar la economía y estimular el consumo en un contexto de alta inflación.
El escenario legislativo se complica aún más con la llegada del presupuesto al Senado, donde la oposición espera ejercer una mayor presión. Los libertarios, que han sido aliados del oficialismo, ya anticiparon que intentarán revertir los rechazos legislativos en esa cámara. Este contexto de tensiones subraya la importancia de las próximas negociaciones, que podrían influir en la estabilidad del gobierno de Milei.
A pesar de los desafíos, el ministro del Interior, Diego Santilli, ha estado trabajando activamente para conseguir apoyos en provincias clave. En este sentido, la distribución de Aportes del Tesoro Nacional por un monto de 66.000 millones de pesos ha sido un atractivo utilizado para asegurar alianzas regionales. Sin embargo, el rechazo a aspectos cruciales del presupuesto muestra que la estrategia de la Casa Rosada aún enfrenta barreras.
Uno de los puntos más controversiales fue la propuesta de votar el texto en bloques, lo que generó protestas de la oposición. Los legisladores argumentaron que esta modalidad dificultaba expresar su posición sobre el artículo 75 de manera clara. Finalmente, la votación resultó en un rechazo del mismo, subrayando las diferencias que persisten entre el oficialismo y sus aliados.
El presidente de la Comisión de Presupuesto, Bertie Benegas Lynch, defendió la propuesta del gobierno, resaltando la necesidad de mantener el equilibrio fiscal. Sin embargo, la oposición, liderada por figuras del peronismo y la Coalición Cívica, manifestó que el presupuesto refleja una política de ajuste que podría agravar la situación económica del país.
Ante el clima de incertidumbre, se abre un nuevo capítulo en la política económica argentina. La Casa Rosada deberá ajustar su enfoque para navegar las aguas turbulentas del Senado y conseguir la aprobación final necesaria para implementar su visión económica en el año 2026.
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