Hay cambios en la actualización de las bandas de flotación y un plan para fortalecer las reservas internacionales.
El Gobierno de Javier Milei, mediante el Banco Central de la República Argentina (BCRA), anunció un cambio en la política cambiaria y monetaria que comenzará a regir a partir de enero de 2026, lo que marca el inicio de la fase de “re-monetización” de la economía.
La autoridad monetaria informó que las bandas de flotación del dólar pasarán a actualizarse mensualmente en función de la inflación, al tiempo que delineó un plan para fortalecer las reservas internacionales mediante compras de divisas que podrían alcanzar hasta USD 17.000 millones, siempre que se consolide un mayor nivel de demanda de dinero en la economía.
Según el comunicado oficial, el nuevo esquema prevé que el piso y el techo de la banda cambiaria se ajusten de manera automática siguiendo el índice de precios al consumidor.
“A partir del 1 de enero de 2026, el techo y el piso de la banda de flotación cambiaria evolucionarán cada mes al ritmo correspondiente al último dato de inflación mensual informado por Indec”, señalaron desde el organismo que conduce Santiago Bausili.
La compra de reservas
En paralelo, el BCRA presentó los lineamientos de una estrategia de acumulación de reservas que estará estrechamente vinculada al proceso de remonetización de la economía.
La proyección central del organismo contempla una expansión de la base monetaria desde el 4,2% del Producto Bruto Interno (PBI) actual hasta el 4,8% hacia el cierre de 2026. Para alcanzar ese objetivo, el Central estima que será necesaria la compra de alrededor de USD 10.000 millones, siempre que la balanza de pagos muestre flujos compatibles.
No obstante, el esquema contempla un escenario de mayor ambición. En caso de que la demanda de dinero aumente un punto porcentual adicional del PBI, las compras de divisas podrían escalar hasta los USD 17.000 millones. Desde la entidad aclararon que ese proceso se realizaría en función de la disponibilidad de dólares en la balanza de pagos y sin recurrir de manera permanente a mecanismos de esterilización monetaria.
Otro de los aspectos centrales del anuncio es la forma en que el Banco Central intervendrá en el mercado cambiario. En una primera etapa, las compras diarias de reservas se limitarán a un 5% del volumen operado en el mercado, con el objetivo de evitar distorsiones en la operatoria. Además, la autoridad monetaria se reservó la posibilidad de realizar adquisiciones de grandes volúmenes en bloque cuando sea necesario para preservar la estabilidad del mercado.
En el comunicado, el organismo destacó el contexto político y macroeconómico como un factor clave para avanzar con estos cambios. “Superado de manera exitosa el período de incertidumbre electoral, se presentan las condiciones para avanzar en una nueva fase del programa monetario. Esta etapa enfrenta condiciones favorables para el crecimiento, la re-monetización de la economía, y la acumulación de reservas internacionales”, afirmaron desde el Central.
En materia de política monetaria, el BCRA anticipó que seguirá de cerca la evolución de la inflación, su relación con el nivel de actividad y las condiciones financieras que influyen sobre la demanda de dinero. En caso de que la inflación local se mantenga por encima de la internacional, la entidad adoptará una postura contractiva respecto de su proyección base de demanda monetaria.
Para administrar la emisión asociada a la compra de reservas, el Banco Central continuará utilizando instrumentos tradicionales. Entre ellos se destacan las operaciones de mercado abierto, con compra y venta de LECAPs en pesos, y los repos de LECAPs con entidades financieras, herramientas que buscarán corregir eventuales desequilibrios en la oferta monetaria y sostener la estabilidad del sistema.
“El BCRA anticipa un ciclo de expansión en la actividad económica y del crédito al sector privado, impulsado por incentivos de mercado que favorecen la inversión, las exportaciones y el consumo. Libre de stocks de pasivos remunerados, el BCRA abastecerá la demanda de dinero a través de su programa de compra de reservas internacionales. Con el objetivo de continuar reduciendo la inflación, el BCRA mantendrá un sesgo contractivo en la política monetaria asegurando que la oferta monetaria evolucione a menor ritmo de la demanda”, concluyó el BCRA.
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