El Presidente remitió el proyecto al HCDN. Te contamos los principales puntos que aborda.
El Gobierno envió al Congreso el proyecto de Ley de Modernización Laboral. Es la pieza central del plan para actualizar un esquema que quedó congelado frente a los cambios tecnológicos y económicos de las últimas décadas. Se buscabajar costos de contratación, reducir litigios y sacar de la informalidad a millones de trabajadores, en especial jóvenes y empleados de PyMEs.
El comunicado de la Oficina del Presidente de la República Argentina (OPRA) lo expuso con claridad. “Millones de argentinos han sido expulsados del sistema y enfrentan enormes dificultades para acceder a un empleo estable y registrado”, transmitió. La reforma apunta a un modelo más simple y previsible, con incentivos a la formalización y reglas específicas para sectores que casi no las tienen, como las plataformas de reparto.
A continuación, te contaremos los principales puntos que debes conocer.
Vacaciones más flexibles y fraccionadas
El proyecto mantiene el derecho a las vacaciones pagas y los mínimos de la Ley de Contrato de Trabajo. Pero habilita más flexibilidad.
Empleador y empleado podrán acordar, en forma individual o colectiva, la ampliación de los días de descanso. El período para otorgarlas seguirá siendo del 1° de octubre al 30 de abril del año siguiente. La empresa deberá avisar por escrito con 30 días de anticipación.
La novedad está en el fraccionamiento: cada tramo no podrá ser menor a siete días corridos. Además, al menos una vez cada tres años el trabajador tendrá garantizado el goce de vacaciones en verano. Solo se podrá salir del período habitual con causas justificadas y autorización de la autoridad laboral. La lógica oficial: adaptar el descanso a la vida familiar y a los ciclos productivos, sin perder el piso de derechos.
Banco de horas y jornadas más dinámicas
Otro punto clave es el banco de horas. La iniciativa habilita acuerdos por escrito para compensar horas extras con francos posteriores. Será voluntario y deberá quedar registrado el detalle de horas trabajadas y horas disponibles para descanso.
Los convenios colectivos podrán fijar jornadas máximas por promedio, siempre que se respeten 12 horas mínimas entre jornada y jornada y 35 horas de descanso semanal. El esquema permite días más largos seguidos de días más cortos, dentro del límite legal. Para el Gobierno, esto hace más eficiente la organización del trabajo en sectores con alta estacionalidad o picos de demanda.
Indemnizaciones, despidos y Fondos de Asistencia Laboral
La reforma cambia el corazón del sistema indemnizatorio. Se abre la puerta a reemplazar el modelo tradicional por fondos o seguros de cese laborales de base sectorial. Estarán financiados por aportes mensuales de los empleadores y actuarán como colchón ante despidos.
La base de cálculo incluirá salario básico, sumas habituales y antigüedad. Quedan afuera gratificaciones extraordinarias y se toma como referencia la remuneración normal y habitual devengada al menos seis meses en el último año. Se fijan topes y pisos: la base no podrá superar tres veces el salario promedio del convenio, ni ser inferior al 67% de ese valor.
El proyecto regula el pago fraccionado de las indemnizaciones y detalla beneficiarios en caso de fallecimiento del trabajador. En despidos sin causa, se mantiene la pauta de un mes de sueldo por año trabajado o fracción mayor a tres meses, sobre la mejor remuneración del último año.
Además, se crean los Fondos de Asistencia Laboral (FAL). Recibirán un 3% de aporte sobre la remuneración computable. Servirán como respaldo económico en el sector privado, bajo reglas estrictas de uso y liquidación.
Digitalización salarial, licencias y regímenes especiales
La propuesta establece digitalizar recibos de sueldo, planillas y documentación laboral. Esos registros tendrán la misma validez que el papel, y lo mismo ocurrirá con los certificados médicos, que podrán presentarse y verificarse en sistemas centralizados. La autoridad laboral podrá exigir más información para transparentar los pagos.
En enfermedad común o profesional, el alta médica digital será condición para la reincorporación. Si el retorno es parcial, el salario será proporcional a la capacidad de trabajo.
Para casas particulares, se extiende el período de prueba a seis meses. Los recibos serán electrónicos y la constancia bancaria bastará para probar el pago. Se fijan reglas específicas sobre descanso, ropa de trabajo, alimentación y seguros.
En el régimen agrario se crea un contrato permanente de prestación continua, con prueba de ocho meses. En ese lapso cualquiera de las partes puede rescindir sin causa y sin indemnización, con preaviso de 15 días. Los salarios se seguirán definiendo por negociación colectiva y nunca podrán estar por debajo del mínimo vital y móvil.
Plataformas, sindicatos y fin de la ultraactividad
La ley incorpora un Régimen de Servicios Personales de Reparto y Mensajerías, esta apunta a trabajadores que operan mediante apps. Deberán registrarse, aportar y contar con cobertura social. Tendrán derecho a rechazar pedidos, conocer motivos de bloqueos o suspensiones y conservar el 100% de las propinas.
En materia sindical, se regulan los servicios mínimos en actividades esenciales. Las asambleas internas requerirán autorización previa y el tiempo que dure la asamblea no será remunerado. Se reduce el crédito horario de los delegados a 10 horas mensuales, y bloqueos y tomas de plantas se consideran infracciones muy graves.
También se elimina la ultraactividad plena de los convenios colectivos. Al vencer un acuerdo, las condiciones se mantienen solo hasta que haya una nueva convención o una prórroga expresa. La autoridad podrá frenar cláusulas que generen distorsiones severas.
Hacia un mercado laboral más formal y con más libertad
Junto con estos cambios, el proyecto crea el Régimen de Incentivo a la Formalización Laboral, con rebajas temporales de contribuciones para nuevos empleos registrados. El objetivo es sacar de la informalidad a quienes hoy trabajan sin aportes y sin cobertura, y dar previsibilidad a las empresas que quieren contratar.
Si el Congreso aprueba la Modernización Laboral, el Gobierno apuesta a inaugurar una nueva etapa: una Argentina donde crece el empleo formal, aumentan los aportes y el sistema se sanea después de años de parches, juicios y precariedad.
Un mercado de trabajo donde las oportunidades para los trabajadores se multiplican y exista verdadera libertad para elegir dónde trabajar, bajo qué condiciones y con qué tipo de vínculo. Una legislación pensada para que, esta vez, el trabajo registrado vuelva a ser la regla y no la excepción.
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