Las nuevas retenciones dejan a la soja en su nivel más bajo en 19 años y al trigo y maíz en mínimos de 6 años.
Tras el anuncio del Ministro de Economía, Luis Caputo, el mapa impositivo del agro argentino cambió por completo. Con la reducción permanente de retenciones, la alícuota de la soja queda en su nivel más bajo en casi 19 años. A su vez, el trigo y el maíz alcanzan mínimos de seis años.
De esta manera lo resaltó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que analizó el impacto inmediato en la competitividad del sector. La nueva estructura deja las alícuotas en 24% para la soja, 22,5% para subproductos, 7,5% para trigo y cebada, 8,5% para maíz y sorgo, y 4,5% para girasol.}
Esta baja representa algo más que un ajuste impositivo, marca un quiebre en la carga fiscal histórica al sector agropecuario. Durante dos décadas esta osciló entre picos del 45% y largos períodos en torno al 30–35% en el caso de la soja.
Soja: una baja que rompe un ciclo de casi veinte años
Los gráficos publicados por BCR Mercados muestran con claridad la magnitud del movimiento. Desde 2006, la alícuota de la soja nunca había perforado el rango del 24% que alcanza ahora. Incluso durante el período 2008–2015, el complejo sojero llegó a tributar entre 32% y 35%, con picos por encima del 40% en los momentos más críticos del conflicto con el campo.
Por eso, el comunicado de BCR fue directo: “la alícuota permanente del complejo soja se ubica en su nivel más bajo en casi 19 años”.
El dato no es menor si se considera el peso del complejo sojero dentro de las exportaciones agroindustriales y el flujo de divisas del país.
Trigo y maíz: mínimos de seis años y más margen exportador
Asimismo, otro gráfico señala que las nuevas alícuotas del trigo y el maíz también retroceden a niveles que no se veían desde hace seis años. Estos cultivos, que llegaron a tributar 20%, 23% y hasta 28% en etapas de alta intervención, ahora quedan por debajo del 9%.
Este alivio fiscal coincide con la estructura comercial que detalla la Bolsa de Comercio de Rosario en un informe:
- Más del 55% del trigo argentino se destina a exportación hacia puertos, principalmente el Gran Rosario (38%) y el sur bonaerense (Bahía Blanca y Quequén).
- Más del 90% del trigo producido se origina en cuatro provincias: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
- La demanda interna es estable, cerca de 7 Mt por campaña, por lo que cualquier mejora en competitividad impacta rápido en el saldo exportable.
Con una alícuota más baja, el cereal mejora su margen frente a competidores globales y reduce el costo de originación para exportadores y molinos.
Un nuevo escenario para el interior productivo
En la práctica, la baja de retenciones implica una gran noticia para productores agropecuarios y cadenas regionales. También modifica la lógica de comercialización: con más margen y menos presión fiscal, se vuelve más atractivo fijar precio, cerrar ventas anticipadas o arbitrar mercados externos.
El reporte de BCR muestra además que el trigo se negocia mayormente bajo contratos de compraventa y con entrega contractual. Esto amplifica el impacto positivo de cada punto que baja en la carga fiscal, especialmente para quienes operan en zonas portuarias o con logística integrada.
Para la BCR, el cambio no es solo coyuntural, se trata de un mensaje que trae previsibilidad y proyecciones largoplacistas. La caída en las alícuotas vuelve a alinear al país con los niveles de competitividad de los grandes exportadores agrícolas.
En este contexto se envía una señal hacia adelante: si las condiciones macro acompañan, la eliminación de retenciones ya no aparece como un horizonte abstracto, sino como un proceso concreto que comenzó a materializarse.
Derechadiario.com

























