Aunque la Legislatura bonaerense aprobó un pedido de endeudamiento por hasta 3.685 millones, la Casa Rosada vetará la emisión de deuda fresca a Axel Kicillof.
Tras la aprobación en la Legislatura bonaerense del pedido de endeudamiento por hasta 3.685 millones, que incluye emisión de Letras del Tesoro y cuatro líneas de crédito, desde el Gobierno nacional decidieron que no concederán autorización para nueva deuda. En cambio, la Casa Rosada anticipó —según fuentes oficiales citadas por los medios— que únicamente se aprobará el refinanciamiento del pasivo ya existente: con mejores tasas, mediante “rollover” de vencimientos, pero sin inyectar recursos frescos.
Este criterio se fundamenta en la aplicación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, norma de 2004 que permite denegar nuevos préstamos si una provincia presenta gastos corrientes que superan la inflación —como aseguran que ocurre en Buenos Aires— o si su endeudamiento compromete el equilibrio fiscal.
El ministro de Economía, Luis Caputo, fue claro: la provincia bonaerense “no está cumpliendo con esa regla”, por lo que “técnicamente, lo que es deuda nueva hoy no debiera estar sujeta a aprobación”.
Caputo explicó que la autorización nacional recae en la Secretaría de Hacienda —en manos de Carlos Guberman— y que la diferencia entre “nueva deuda” y “refinanciamiento” es clave: solo lo segundo sería aceptable, porque no incrementa el pasivo, sino que busca reestructurar vencimientos.
En esa línea, desde el entorno libertario respaldaron la decisión: refinanciar deuda ya emitida está “bien, lo correcto… siempre y cuando sea a una tasa más barata”. Confirmaron que el bloque de La Libertad Avanza recibió instrucciones de apoyar sólo el rollover, no el nuevo endeudamiento, cuando se votó la reforma de la Carta Orgánica del Banco Provincia.
Por su parte, fuentes del gobierno bonaerense sostienen que no hubo diálogo alguno con el bloque violeta y advierten que cuando el gobierno nacional evalúe, mostrarán que la cifra solicitada servía para refinanciar vencimientos —no para asumir deuda nueva. “Nada de nada es para deuda nueva”, afirmaron.
El titular bonaerense de La Libertad Avanza, Sebastián Pareja, fue aún más duro: dijo que “Milei no lo va a acompañar” y acusó al gobernador de buscar endeudar la provincia dos años por su “carrera presidencial”. A su juicio, el pedido fue “tirarle un litro de nafta a una casa que estaba prendida fuego”.
Tras la reunión del Consejo de Mayo en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete Manuel Adorni adelantó que la administración nacional propondrá un proyecto de ley para que las provincias se comprometan públicamente a no pedir autorizaciones de endeudamiento si tienen déficit primario. Solo se permitirán “rollovers de deuda” o ante “riesgo crediticio superior al de la Nación”.
El mensaje es claro: se busca un refuerzo institucional al equilibrio fiscal, imponiendo disciplina y transparencia, y descartando las “salidas fáciles” a través de deuda nueva.
El vínculo entre Milei y Kicillof sigue tenso. En contraste, provincias como la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba —también gobernadas por fuerzas distintas al peronismo bonaerense— ya obtuvieron aval para tomar nueva deuda con el visto bueno del Ejecutivo nacional. En ese marco, el pedido de la Provincia de Buenos Aires destaca no sólo por su magnitud, sino por el momento: una gestión que según el oficialismo busca financiar gasto corriente excesivo a costa del endeudamiento, en abierta confrontación con el plan de orden fiscal que impulsa el gobierno de Milei.
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