Tras una victoria inédita que convirtió a La Libertad Avanza en primera minoría en Diputados y multiplicó su presencia en el Senado, el oficialismo festeja, pero enfrenta el desafío de gobernar sin mayoría propia. Mientras busca aliados para aprobar reformas clave, Karina Milei ya mueve fichas pensando en la próxima batalla electoral.
El presidente que tildó al Congreso de “nido de ratas”, que denostó a sus habitantes una y otra vez con los peores insultos, y que dio su primer discurso en el cargo de espaldas al Palacio Legislativo, volvió a concurrir a ese lugar la última semana. Como ningún otro mandatario, en dos años ya ha concurrido tres veces por fuera de sus obligaciones institucionales (apertura de sesiones ordinarias). La última, el miércoles pasado, cuando lo hizo para celebrar una vez más el monumental éxito alcanzado el 26 de octubre, cuando La Libertad Avanza se alzó con el 68% de las bancas en juego en la Cámara baja y el 54% de los lugares del Senado. Una victoria inédita para un no peronismo.
Aunque la de la idea de ir al Congreso ese día habría sido de su hermana Karina, a fin de acompañar a Martín Menem, que de haber sido eventualmente reemplazado, como llegó a especularse varias veces en los últimos tiempos, aparece hoy empoderado y fue ahora ratificado sin pronunciamientos en contra.
El comportamiento de una parte de los diputados lejos pareció de estar a la altura de lo que la institucionalidad reclama, y de alguna manera planteó el tamaño de la grieta en la política, como así también adelantó el clima que se verá en el recinto en los tiempos que vienen.
La realidad es que la del miércoles pasado fue una verdadera fiesta para La Libertad Avanza, el punto final de una carrera que se inició el 26 de octubre pasado, y en cuyo lapso el bloque se incrementó en un 156% en la Cámara baja. Y en el Senado, LLA creció un 233% respecto de la cantidad de miembros que tenía hasta las elecciones de octubre. Tenía para festejar Javier Milei.
Esto no implica que vaya a tener La Libertad Avanza las manos libres en el Congreso, donde por otra parte sigue siendo minoría. Pero ha conseguido logros contundentes, impensados hasta tiempos recientes. Por lo pronto, se convirtió en primera minoría en la Cámara baja; nadie podía imaginarlo, comenzando por el presidente, que en los días previos a la elección se conformaba con asegurar el tercio de diputados que le permitiera blindar definitivamente los vetos. Y si bien el propio Milei dijo la noche del triunfo haber conseguido la primera minoría, con 104 diputados, ese dato que le acababan de aportar refería a un supuesto interbloque con el Pro.
Como el partido amarillo no se mostró convencido de formalizar ese tipo de alianza, los libertarios optaron por llegar a la primera minoría por sí solos… a expensas sobre todo del Pro: de los 16 diputados extras que consiguieron, 12 tienen origen en el Pro, y un décimotercero fue por la salida de Diego Santilli, cuya asunción en un cargo ejecutivo le permitió a LLA sumar otro miembro propio.
Así y todo, el oficialismo necesitó de una escisión en Unión por la Patria para acceder al primer lugar, de lo contrario hubiera sido imposible. Necesitó las salidas de cinco diputados que figuraban en el haber el 26 de octubre para confirmarla. El primero en dar el salto fue un tucumano que respondía a Juan Manzur y terminó alineándose con el gobernador Osvaldo Jaldo, sumándose a su bloque Independencia. Le siguió un diputado puntano cercano a Alberto Rodríguez Saá, y completaron 3 catamarqueños, que coqueteaban con el portazo desde hacía tiempo. Se hablaba de 4, pero la senadora kirchnerista Lucía Corpacci, exgobernadora, hizo valer su ascendencia y alcanzó a retener a una diputada.
El bloque que seguirá llamándose UP -la denominación Fuerza Patria se archivó por corresponder a una derrota como fue la de octubre- quedó con 93 diputados, dos menos que un oficialismo coronado como primera minoría, una condición que -a priori- no representa efectos más que simbólicos: por uso y costumbre, la vicepresidencia primera seguirá en manos de la principal oposición y el reparto en las comisiones será similar entre LLA y UP. Pero más allá de eso, es un dato clave a futuro, para cuando se discutan en 2026 temas tales como los cargos en la Auditoría General de la Nación y el Consejo de la Magistratura. De haberse resuelto ese tipo de cuestiones este año, al Gobierno no le hubiera correspondido nada.
Por otra parte, no haber tenido que apelar al recurso de los interbloques exhibe una inocultable muestra de fortaleza para una Libertad Avanza que de esta manera pobló de propios su bancada, a diferencia de otros como por ejemplo el Pro y Provincias Unidas, que necesitaron armar alianzas pegadas con alfileres con el solo fin de mejorar cuantitativamente. En el caso del partido amarillo, por ejemplo, Cristian Ritondo pasa de un día a otro de liderar un bloque de 35 a uno de apenas una docena de diputados.
Pero de esos bloques dependerá el oficialismo para sacar las leyes, pues a esa primera minoría todavía le falta una treintena de votos para abrir cada sesión y aprobar los proyectos. Tiene de dónde buscar: el interbloque donde está el Pro, que armó con lo que queda de la UCR una suerte de Juntos por el Cambio blue, tiene 22 diputados, la misma cantidad del interbloque Unidos, que responde a ese grupo de gobernadores que se habían juntado en la campaña hacia octubre con intenciones de fijar las bases para 2027, pero a los que les fue tan mal que ahora están viendo tan solo de qué manera plantarse frente al Gobierno. Allí al oficialismo le costará un poco más conseguir votos, pero igual se trata de un bloque dialoguista; y más allá de esos dos sectores grandes, hay 21 diputados restantes que completan ese universo donde La Libertad Avanza podrá buscar el quórum y los votos para cada sesión. Es un grupo de 65 diputados que en principio no intentarán perjudicar al Gobierno, lo que deja abierto un panorama positivo para el oficialismo. Se verá.
Para la búsqueda de apoyos trabaja activamente el ministro Diego Santilli, quien sigue su ronda de diálogo con gobernadores que esperan le permita al Gobierno alzarse con las reformas que impulsa para esta segunda parte de la gestión. Sobre todo la laboral, cuyos detalles se conocerán esta semana y cuya aprobación será clave para marcar un camino “exitoso” del Gobierno en la materia.
Tanto se mira Milei en lo que fue la gestión de Cambiemos entre 2015 y 2019, que vale recordar que esa administración no pudo avanzar con la reforma laboral, a pesar de haber ganado las elecciones intermedias con un porcentaje similar al obtenido ahora por La Libertad Avanza. Como ahora, pensaba hacer entrar esa reforma por el Senado, donde tenía todo arreglado con la CGT y los senadores peronistas para que avanzara esa propuesta, hasta la intervención de Pablo Moyano, que enarboló el fantasma de “la Banelco” y la central obrera dio marcha atrás, ante lo cual Miguel Pichetto aclaró que si no había consenso con la CGT, ellos no iban a avalar nada y el proyecto se pinchó.
El mencionado Santilli acompañó al presidente y su hermana en su visita al Congreso el miércoles pasado; compartieron palco con el jefe de Gabinete. El Colo sabe del valor que tiene la cercanía con los hermanos Milei, sobre todo pensando en su futuro electoral, que él ata a la provincia de Buenos Aires, donde alguna vez Horacio Rodríguez Larreta lo alentó a trabajar con el objetivo de gobernarla. Pero también tomó nota el funcionario proveniente del Pro de la masiva reunión que había organizado el domingo anterior Karina Milei en Mar del Plata, donde congregó a 600 cuadros libertarios del principal distrito del país. Entre los participantes, un dirigente de Tornquist llamado Gabriel Rodríguez admitió ante una cronista que durante el encuentro se había dicho que “puede estar el candidato a gobernador (de 2027) acá adentro”. Y ante la insistencia sobre si se habían hecho nombres, terminó admitiendo que “hubo un aplausómetro por Sebastián Pareja”. No fue el único dirigente que mencionó al presidente de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, y persona de extrema confianza de Karina Milei.
Ya lo hemos dicho aquí: la lideresa del oficialismo privilegia para 2027 a los propios, en todos los distritos.
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