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Un concejal radical de Córdoba busca prohibir el uso de la pirotecnia

Con las fiestas de fin de año acercándose, Sergio Piguillem insiste con nuevas restricciones pese al rechazo de la gente

El concejal radical Sergio Piguillem impulsó un proyecto que busca prohibir de manera directa el uso de pirotecnia justo cuando comienzan los preparativos y las fiestas de fin de año. La iniciativa pretende instalar un clima de urgencia que no condice con el uso responsable que miles de familias sostienen cada diciembre. El proyecto ingresó al Concejo con argumentos alarmistas que buscan imponer límites innecesarios en una época marcada por la convivencia familiar.

Piguillem afirmó que la sociedad se ha relajado, pero evita reconocer que la amplia mayoría celebra con responsabilidad sin pedir nuevas prohibiciones. El concejal descalifica tradiciones arraigadas al presentar como problema generalizado lo que solo define mediante percepciones personales. Su planteo tensiona el debate público al sugerir un cambio cultural que ignora normas claras y suficientes para ordenar el uso de pirotecnia.

El proyecto menciona daños a personas sensibles y animales, pero omite que ya existen reglas estrictas y productos controlados que reducen esos riesgos. También propone una campaña de quince días que intenta instalar un clima restrictivo sin aportar información nueva ni diagnósticos que justifiquen la medida. La iniciativa insiste en reforzar límites pese a que la comunidad cumple las regulaciones actuales y convive con la pirotecnia de forma ordenada cada año.

El intento de prohibir la pirotecnia en plena temporada de celebraciones

El énfasis en prohibir la pirotecnia desconoce que las normas vigentes ya equilibran festejos tradicionales y cuidados específicos sin necesidad de nuevas cargas. La ordenanza presentada busca reinstalar un debate ya resuelto y pretende ampliar facultades estatales que la ciudadanía no reclama y considera excesivas. El tono del proyecto refuerza una mirada paternalista que limita la autonomía de las familias para organizar celebraciones responsables sin supervisión política.

Piguillem sostiene que el Estado debe dar un impulso educativo, pero omite que campañas previas funcionaron sin dramatizar ni imponer criterios restrictivos. Su propuesta exagera riesgos sin distinguir entre usos moderados y prácticas indebidas, lo que deriva en un diagnóstico desequilibrado y poco realista. El intento de expandir restricciones parece responder más a una agenda política que a una demanda concreta de vecinos que celebran sin conflictos notorios.

El concejal concluyó que deben superarse costumbres anticuadas, aunque estas prácticas siguen siendo parte legítima de la identidad festiva de la comunidad. La iniciativa reaparece cada diciembre pese a que no aporta soluciones nuevas y vuelve a tensar el clima social con propuestas que pocos consideran necesarias. Mientras el Concejo analiza el proyecto, miles de familias se preparan para celebrar con responsabilidad sin pedir que el Estado avance sobre sus tradiciones.

Derechadiario.com