La senadora electa compartió información sobre la reunión que tuvieron la semana pasada.
En una reunión celebrada la semana pasada, Patricia Bullrich se entrevistó con la vicepresidenta Victoria Villarruel, un encuentro que despertó críticas dentro del núcleo del oficialismo. Para Bullrich, el problema fue que Villarruel mantiene una postura demasiado pasiva: “se coloca como vicepresidenta y presidenta del Senado, pero sin tomar partido”, afirmó la funcionaria.
Desde su rol de senadora electa, Bullrich expresó su preocupación por la neutralidad institucional de Villarruel, a la que le pidió un compromiso más firme con la agenda oficialista. Según reveló, el objetivo de su bloque será “que la vicepresidenta … ayude a empujar los proyectos que el Gobierno precisa para que Argentina crezca”.
Para ilustrar cómo quisiera que actúe Villarruel, Bullrich recurrió a un ejemplo histórico: “puso a Martín Menem como ejemplo”, en referencia a la forma en la que ese referente legislativo se alinea con las prioridades del Ejecutivo. Esa analogía busca reforzar su idea de que la vicepresidente debe no solo presidir el Senado, sino también sumar fuerzas para garantizar el avance de las reformas.
Además, Bullrich sostuvo que este momento “es único, con un voto popular que hay que aprovechar para transformar el país”. Desde su perspectiva, la clave para consolidar cambios estructurales está en forjar una mayoría parlamentaria sólida, y cree que Villarruel podría jugar un rol central en ese armado legislativo.
Por su parte, Villarruel salió al cruce y aclaró que su función es “colaborar institucionalmente” pero negó tener “facultades para obstaculizar” los proyectos del Gobierno. La vice, según sus propias palabras, está dispuesta a trabajar, pero bajo un enfoque más institucional que partidario.
La tensión entre ambas figuras refleja una disputa más amplia dentro del oficialismo: por un lado, quienes exigen un alineamiento absoluto con las políticas de gobierno, y por otro, quienes defienden la autonomía institucional del Senado. En medio de ese debate, Bullrich parece estar ejerciendo presión para que Villarruel abandone su posición más neutral y se convierta en un aliado más activo de la gestión.
Noticiasurbanas.com





















