Por el contrario, en Formosa, Tucumán, Catamarca, La Rioja y La Pampa, los peronistas lograron retener sus territorios.
La derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires, su histórico bastión electoral, desató una fuerte interna en el kirchnerismo. Tras los comicios legislativos, el mapa político del país mostró un dato que cayó como un golpe inesperado en el núcleo duro del PJ: de las seis provincias que aún gobierna el justicialismo, la única en la que perdió fue precisamente el territorio bonaerense.
Por el contrario, en Formosa, Tucumán, Catamarca, La Rioja y La Pampa, los mandatarios peronistas lograron retener sus territorios sin sobresaltos. La caída encendió las tensiones dentro del espacio y puso en la mira al gobernador Axel Kicillof, señalado por haber desdoblado la elección contra el pedido de la corrupta expresidente Cristina Kirchner, una decisión que hoy muchos dentro del peronismo consideran determinante en el revés electoral.
Los dirigentes alineados con Cristina Kirchner remarcan que la estrategia de separar la elección provincial, realizada el 7 de septiembre, debilitó la campaña general y generó desgaste económico y político. Aseguran que los intendentes peronistas, afectados por la falta de recursos para afrontar dos procesos electorales consecutivos, no se involucraron con la intensidad necesaria.
“Fue un error de Axel haber desdoblado. Eduardo Duhalde, el peronista que mejor conoce la provincia de Buenos Aires, jamás lo hizo”, repiten en el entorno de la expresidente.
Desde el kicillofismo, sin embargo, rechazan los señalamientos. Argumentan que la cantidad de votos obtenidos por el peronismo en septiembre y octubre fue similar y que los intendentes “trabajaron como siempre”. Además, atribuyen la derrota a la falta de atractivo de la lista nacional. “En septiembre los referentes eran Axel, (Verónica) Magario, (Gabriel) Katopodis. Ahora los nombres de la lista no convocaron“, sostienen en el círculo del gobernador.
Los aliados de Cristina responden que esa explicación es insostenible, recordando que, según ellos, Jorge Taiana, quien encabezó la boleta de Fuerza Patria, fue elegido por el propio Kicillof. También deslizan que el desdoblamiento expuso antes de tiempo la estrategia electoral y que el triunfo parcial de septiembre generó una reacción adversa de sectores anti-K.
En algunos distritos clave de la Tercera Sección Electoral, donde históricamente el peronismo ha tenido un peso determinante, los libertarios y otras fuerzas opositoras lograron crecer entre una elección y otra. Para los críticos, esa merma en votos confirma que la maquinaria territorial peronista no funcionó a pleno.
Mientras tanto, en el entorno de la expresidente ya se habla de “facturas políticas” hacia el gobernador. Dirigentes del espacio consideran que la derrota bonaerense podría tener consecuencias en el futuro político de Kicillof y complicar sus aspiraciones presidenciales de cara a 2027.
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