El violento dirigente kirchnerista volvió a confesar que fue financiado por la dictadura chavista.
El violento dirigente kirchnerista Luis D’Elía volvió a admitir públicamente que recibió dinero del dictador venezolano Hugo Chávez para organizar las protestas contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) durante el gobierno de Néstor Kirchner.
Durante una entrevista radial, D’Elía reconoció que el monto fue de un millón de dólares, enviado desde Caracas para financiar las movilizaciones que encabezó junto a otros referentes de extrema izquierda en el marco de la Cumbre de las Américas de 2005, realizada en Mar del Plata.
Esta no es la primera vez que D’Elía confiesa el financiamiento del régimen chavista para las protestas contra el ALCA. En 2007, durante una entrevista con el medio C5N, el dirigente piquetero señaló: “El acto de Mar del Plata y el de Ferro fueron financiados por el chavismo, eso nadie lo puede negar”.
Durante esa misma entrevista televisiva donde confirmó que el chavismo había financiado parte de las actividades de los movimientos de izquierda argentinos, agregó: “A nosotros, a funcionarios determinados, nos pagan colectivos y demás, nos ayudan a movilizar a los compañeros”.
Qué fue el ALCA
El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fue una propuesta de acuerdo comercial impulsada por Estados Unidos que buscaba eliminar las barreras al comercio y la inversión entre los países de América. }
Mientras otros países de la región, como Chile y México, firmaban acuerdos bilaterales con el país norteamericano y aumentaban exponencialmente sus exportaciones, la Argentina del kirchnerismo optó por un camino de aislamiento que, como se terminó evidenciando, destruyó la competitividad y la capacidad de atraer inversiones.
De haberse firmado, el acuerdo continental hubiera impulsado la transferencia tecnológica, la creación de empleo calificado y la reducción de la burocracia comercial, y, con un mayor acceso al mercado estadounidense, la verdadera industria argentina podría haberse modernizado y expandido hacia sectores de mayor valor agregado.
En cambio, el rechazo al ALCA consolidó una diplomacia más ideológica que pragmática, orientada a alianzas políticas con gobiernos y dictaduras de izquierda, aliados de los gobiernos kirchneristas.
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