El candidato kirchnerista, Ataí Hagman, presentó un proyecto de ley para beneficiar a los narcos que son “vulnerables”
El diputado kirchnerista Itai Hagman, referente de Fuerza Patria y aliado político de Juan Grabois, tiene presentado en la Cámara de Diputados el proyecto 3108-D-2020, que propone incorporar un artículo 29 quater a la Ley 23.737 de Estupefacientes.
El texto busca reducir o incluso eximir de pena a quienes participen en delitos de narcomenudeo si se demuestra su “situación de vulnerabilidad socioeconómica” o su rol como “actor menor”. Esto se establece sin especificar muy claramente a que se refiere una “situación de vulnerabilidad” ni tampoco la definición de “narcomenudeo”
En otras palabras, si un delincuente se dedica a vender droga pero declara ser pobre, madre o no tener antecedentes, el proyecto le abre la puerta a evitar la cárcel.
Kirchnerismo: indulgencia con los culpables
Aunque el proyecto no fue tratado, deja en evidencia una tendencia constante dentro del kirchnerismo: la búsqueda de atenuar el castigo a los delincuentes y justificar el crimen desde una mirada “social”.
En vez de fortalecer la ley, el control fronterizo y la lucha contra las redes de narcotráfico, se insiste en el discurso de la víctima estructural, como si vender drogas fuera una consecuencia inevitable de la pobreza y no una decisión criminal.
El resultado de esa lógica está a la vista: barrios tomados por el narco, jóvenes destruidos por las adicciones y familias que viven con miedo. Mientras los sectores progresistas justifican a los delincuentes, el narcotráfico avanza sobre los sectores más vulnerables, destruyendo comunidades y cobrando vidas.
Reducir penas o eximir de castigo a quienes trafican, aún en pequeña escala, no es un acto de justicia social: es una señal de impunidad. Es premiar al crimen y abandonar a las verdaderas víctimas: los jóvenes que caen en las redes de consumo, los padres que pierden a sus hijos, y los vecinos que viven sitiados por los narcos.
Un reflejo ideológico
Aunque parezca un proyecto menor, el expediente 3108-D-2020 refleja la visión de fondo del kirchnerismo: un Estado que empatiza más con el delincuente que con el ciudadano honesto. Es la misma lógica que se vio con la liberación de presos durante la pandemia o con la constante deslegitimación de las fuerzas de seguridad.
Mientras el gobierno de Javier Milei trabaja para recuperar el orden y la autoridad del Estado, el kirchnerismo sigue mostrando su verdadera cara: la del garantismo extremo, el relativismo moral y la complicidad con el delito.
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