Finalmente, este lunes hay clases en la Ciudad de Buenos Aires.
Como los anuncios se realizaron a última hora del domingo, hoy hay un panorama dispar en los colegios. Algunos se adaptaron rápidamente y mandaron mails a los padres informando que sus puertas están abiertas. Otros pidieron tiempo para organizarse y este lunes brindarán clases por plataformas virtuales. Paralelamente, dos gremios de docentes anunciaron una huelga.
“Estamos muy felices, pero hoy todos los colegios no lo van a poder cumplir. Los docentes estuvimos hasta último momento armando las clases virtuales y a último momento nos comunicaron que finalmente se dictarían clases presenciales”, aseguró Soledad Palacios, de la ONG “Abramos las escuelas”, uno de los colectivos de padres y docentes que fueron a la Justicia para garantizar la presencia de chicos en las escuelas.
“En este momento la evidencia científica indica que podemos estar en las escuelas y venimos de un año sin clases. Cuando la evidencia indique lo contrario, también lo vamos a decir y vamos promover la virtualidad”, agregó Palacios este lunes.
El ingreso
Para ordenar los entornos de las escuelas porteñas y evitar aglomeraciones, hay inspectores de tránsito y concientizadores en el ingreso y egreso de los alumnos. Se mantiene además el sistema de ingresos escalonados: los estudiantes de secundaria entran a los colegios entre las 7:30 y las 8:30, mientras que los de inicial y primaria lo harán después de las 8:30.
En lo que respecta al transporte público, se colocaron carteles en las paradas de colectivos para concientizar sobre la prioridad de estudiantes y docentes. También habrá más controles en Centros de Trasbordo y principales zonas de descenso de pasajeros, para supervisar que los usuarios de colectivos, subtes o trenes cuenten con el permiso de circulación correspondiente, utilicen tapaboca y cumplan con el distanciamiento social y aforo correspondiente.
Asimismo, se elaboró un protocolo para micros escolares que se basa en la adecuación de más de 700 de estos vehículos, de manera tal que ahora los conductores están separados de los alumnos por un plástico divisorio, cuentan con material de limpieza y desinfección necesarios para asear la unidad luego de cada viaje y deben mantener las ventanillas abiertas durante todo el trayecto para que circule el aire.
También continúa vigente el plan denominado “Sube y baja”, que se viene implementado desde que regresó la presencialidad y que consiste en el despliegue de voluntarios que ayudan en los accesos a las escuelas a los padres que llevan a sus hijos en autos particulares.
Se anunció que se realizarán cortes de calles en los alrededores de los establecimientos educativos para evitar aglomeraciones de padres, madres y alumnos en la puerta de los establecimientos que tengan más cantidad de alumnos.
Del otro lado de la General Paz, el panorama es otro. La provincia de Buenos Aires acató rápidamente el decreto de necesidad y urgencia en virtud de la situación sanitaria. A diferencia del gobierno porteño, no promovió presentaciones judiciales para que abran las escuelas. Además, se sumó a la ola de críticas contra la gestión de Rodríguez Larreta y aseguró que la Capital Federal es el principal foco de infección de coronavirus.
Muchos padres manifestaron su malestar y organizaron distintos tipos de protestas en las puertas de instituciones públicas y privadas. La mayoría de ellos realizará abrazos simbólicos en los colegios. Otros simplemente irán a los ingresos para manifestar su desazón con la decisión del gobierno nacional de mantener las escuelas cerradas luego de un 2020 en el que los chicos no estuvieron en las aulas.
Los colegios Northlands, Michael Ham y Marín, en zona norte, fueron epicentro de las protestas en la provincia de Buenos Aires. Los padres llegaron con globos y carteles para realizar un abrazo y un “aplausazo”. Algo similar sucedió en el St Trinneans. En la Panamericana, a la altura de Pilar, hubo un “banderazo”. También hubo manifestaciones en instituciones educativas de otros municipios como San Miguel, Avellaneda y Quilmes. En Lomas de Zamora, hubo una ruidosa caravana de autos a favor de la presencialidad.
En CABA hubo aplausos. En la sede de Belgrano de ORT -donde sí se dictan clases-, los padres que acompañaron a sus chicos al ingreso hicieron una manifestación simbólica para rechazar el decreto presidencial.
“La escuela es un lugar de mucho cuidado para los adultos y para los estudiantes. Los protocolos se han cumplido: distanciamiento, barbijo, aulas ventiladas. Seguiremos trabajando escuela y familias para que los protocolos se cumplan”, aseguró Adrián Moscovich, director de ORT.
“Hicimos un trabajo con nuestros colegas de provincia de Buenos Aires y los índices de contagio son insignificantes. Tenemos una enorme oportunidad para trabajar sobre qué sucede antes de que los chicos ingresen a la escuela y una vez que se retiran de la misma”, contó.
El Colegio Bayard, en Palermo, fue otro de los que se organizó rápidamente. Anoche les comunicó a las familias que hoy habría clases. Y esta mañana sus directivos junto a funcionarios del gobierno porteño trabajaron en conjunto para garantizar un ingreso ordenado a la institución.
Los colegios Granaderos y Honorable Congreso de la Nación, en Libertador al 4900, mostraron escenas similares. Abrieron sus puertas temprano y hubo presencia de personal del gobierno porteño.
Una discusión política
Detrás de la discusión por la presencialidad en las escuelas emerge un nuevo round del enfrentamiento entre el oficialismo, a cargo de la Presidencia y de la Gobernación de la provincia de Buenos Aires, y la oposición, que administra el gobierno porteño desde 2007.
El presidente Fernández calificó la decisión de la Justicia como un “mamarracho jurídico” porque -entiende- que la Cámara porteña no tiene competencia para invalidar un decreto de alcance federal. Su ministro de Justicia, Martín Soria, adelantó esta mañana que promoverá sanciones disciplinarias contra la Cámara porteña. A la par, Kicillof anunció sanciones para las instituciones bonaerenses que este lunes se rebelen a lo dispuesto por la Casa Rosada.
Rodríguez Larreta jugó fuerte: luego de reunirse con el Presidente el viernes en Olivos, promovió distintas presentaciones en la Justicia -una de ellas directamente ante la Corte Suprema, que aún no se expidió-. Y ante el primer fallo favorable ordenó que este lunes abrieran las escuelas, enfrentándose al Presidente y al gobernador.