La comida que sobre es tirada a la basura, pero un políticos Kirchnerista los denunció por robar las sobras que llevaban en baldes .

Los estaban cargando en un auto para probablemente tirarla en la basura o dársela a los perros callejeros pero para el funcionario transparente fue un delito y la causa está en la Justicia.

Fernando Vitaller, el “Vita” como le dicen en el mundo político local, ejerce la titularidad del Consejo Escolar como resultado del reparto de cargos dentro de la coalición del Frente de Todos que comanda el intendente Nicolás Mantegazza.

Según se desprende de la denuncia, el 2 de junio el funcionario bajó del colectivo y al cruzar la calle escuchó a alguien decir: “Cuidado que ahí viene Vitaller“. La voz venía de un auto estacionado en la vereda de la escuela primaria No. 16 de San Vicente. Embargado por la curiosidad se acercó y encontró a dos auxiliares con los baldes de sobras de comida colocándolas dentro del auto.

Vitaller, con su bandera de la transparencia, indagó a las trabajadoras quienes le dijeron que se llevaban las sobras porque tenían permiso del director. Sin embargo, nadie convalidó los dichos y con su verdad cuestionada fueron denunciadas por el funcionario.

Como es sabido, en los comedores escolares se cocina todos los días. La comida que queda no se guarda porque al día siguiente podría estar podrida. Hay que desprenderse de esas remanentes porque además las cocineras necesitan vaciar las ollas para la próxima comida.

Entonces es común que esos rezagos de alimentos se arrojen a la basura o se den a los perros callejeros. Antes, los alumnos iban con sus “tupper” y llevaban la comida a la casa. Pero eso ya no sucede. Por eso hay que darle un destino y, probablemente, los auxiliares la metieron en un balde con el fin de deshacerse.

En San Vicente no hay quejas de los padres de los alumnos en cuanto a los alimentos, nadie dice “se roban la comida de los chicos” o “el comedor no funciona porque no hay alimentos” por eso la actitud de Vitaller fue cuestionada y causó indignación social.

La denuncia provocó un profundo malestar en la comunidad y mucho más en el mundo educativo. Todos señalan que las trabajadoras denunciadas son buenas personas, que no hubo robo y que “fue miserable que el nombre de nuestras compañeras salga en los diarios cuando todavía la Justicia no se expidió”.

Sin embargo, las auxiliares están en boca de todos y tal indignación provocó convocar a una marcha contra el funcionario.

Las personas denunciadas tuvieron además una sanción administrativa y quedaron sin trabajo. Para Vitaller el comportamiento es un delito y por tal razón lo llevó a la Justicia. Ahora la Justicia deberá decidir qué sucede con las trabajadoras y los dos baldes de sobras de comida.

Mientras, cruje la bronca. Los políticos no son, en el sentir de buena parte de la comunidad, personas impolutas. Existe una fragmentación y un divorcio entre la gente y la política. Sin ir más lejos, en la localidad de Alejandro Korn, un concejal fue denunciado por violencia contra las trabajadoras cooperativistas y por armar una cancha de fútbol y un centro deportivo con fondos del estado en un terreno de su propiedad.

Algunos funcionarios del gobierno de Mantegazza (que se empeña por una gestión impecable, pero se la embarran los propios) dejan mucho que desear. Denunciados por violencia, acoso laboral y con prontuarios, forman parte de la estructura municipal pero eso no se cuestiona.

Dos baldes de sobras de comida bastaron para una denuncia policial donde deberá intervenir la justicia. La fiscalía, que además subroga Presidente Perón y Brandsen y tiene infinidad de causas por resolver, deberá ocupar buena parte de su tiempo en definir qué hacer con la conducta de los auxiliares.

Vitaller la moral le jugó una mala pasada. Por unas “sobras” que irían a la boca de los perros o a un tacho de basura, se puso en justiciero, en abanderado de la transparencia y denunció a dos auxiliares de cocina que además ahora se quedaron sin trabajo. (www.REALPOLITIK.com.ar) -Mónica Galván