“Una vez que el dinero de origen ilícito proveniente de la asignación irregular de obra pública vial se encontraba en poder de las empresas de Lázaro Báez y que los ex presidentes contaban en su patrimonio con los hoteles que justificarían el pago de alquileres, el segundo paso de la maniobra consistió en interponer una persona jurídica —VALLE MITRE SRL/SA— para que administrara los hoteles y funcionara como sociedad pantalla entre el grupo económico y los ex presidentes”.

Estas palabras pertenecen al fiscal de la causa “Los Sauces-Hotesur”, Diego Velasco, cuando debió emitir dictamen, hace pocas semanas, ante el pedido que había hecho la defensa de Cristina Kirchner para ser sobreseída junto a sus hijos en el expediente que se les sigue por presunto lavado de dinero. Lo que finalmente ocurrió el pasado 26 de noviembre, cuando el TOF 5 sobreseyó a todos los imputados por 2 votos contra 1.

Los conceptos vertidos por el representante del Ministerio Público cobran mayor relevancia a partir de que el diario La Nación reveló que los jueces Daniel Obligado y el subrogante Adrián Grunberg, quienes votaron por el sobreseímiento de la vicepresidente, ignoraron un peritaje contable que “muestra como el mismo día, en 21 ocasiones, el dinero que recibió Lázaro Báez de la obra pública con sobreprecios, terminaba en las cuentas de los Kirchner, luego de pasar por Valle Mitre, la gerenciadora de los hoteles presidenciales”, tal cual afirma el matutino.    

El artículo señala que “entre el 16 de octubre de 2012 y el 5 de junio de 2013 ingresaron a las cuentas de Hotesur y de los Kirchner $6.565.324, aunque los fiscales advirtieron que el dinero lavado es solo un mínimo porcentaje de la operación peritada”.

Ya lo había advertido el propio Velasco en su dictamen: “Esta operatoria permitía, por un lado, absorber los fondos ilícitos provenientes de la obra pública vial, y luego, por el otro, aplicarlos a un negocio legítimo —como es la actividad hotelera—, para que de esta manera salieran de la empresa «limpios» en concepto de pagos de alquileres”.

Y va aún más lejos cuando explica que “esta mecánica se extendería desde el 3 de julio de 2008, cuando se le entregó la administración del primer establecimiento hotelero a la firma VALLE MITRE, hasta el 31 de julio de 2013”, cuando dejó de gerenciar Hotesur SA.

El peritaje revelado en las últimas horas viene a confirmar lo que los investigadores ya conocían, pero extrañamente los jueces del tribunal optaron por ignorar. La pesquisa sostiene que “la tercera etapa de la maniobra consistió en utilizar esta estructura para canalizar de manera regular y permanente parte del dinero que había sido sustraído desde las empresas del Grupo Báez hacia VALLE MITRE con el fin de que sus socios en esta empresa criminal —los ex presidentes y sus hijos— pudieran hacer uso del producido de la defraudación”.

En otro tramo, afirman que de aquel modo, “se inició un proceso de reciclaje de una parte del producido de lo defraudado al Estado Nacional en el que las empresas del Grupo Báez mediante la falsa contratación de habitaciones y de salones, la contratación simulada de servicios de consultorio integral y marketing e Incluso la supuesta contratación para construcción, canalizaron un flujo regular de dinero hacia VALLE MITRE, con la finalidad de capitalizar y sostener a esta empresa que durante todo su vínculo comercial administrando y explotando los hoteles de la familia KIRCHNER, recibió fondos de las otras empresas del conglomerado por más de 86 millones de pesos entre los años 2008 y 2015”.

Alto Calafate, uno de los hoteles de los Kirchner

Uno de los trabajos fundamentales que nutre no sólo la causa por lavado contra los Kirchner, sino también las llamadas Vialidad y Ruta del dinero K, se hicieron desde la Regional de AFIP Mar del Plata, a partir de las reinspecciones realizadas desde 2016 sobre Austral Construcciones, la nave insignia del presunto testaferro k.

Concretamente, se determinó la posible comisión del delito de evasión respecto de las obligaciones frente al Impuesto al Valor Agregado (IVA) y a Ganancias en el ejercicio 2010 de Austral Construcciones S.A., mediante la presentación de declaraciones juradas engañosas, en tanto omitieron exteriorizar operaciones gravadas y reflejaron compras inexistentes provenientes de la registración de facturas apócrifas emitidas por las firmas Constructora Patagónica S.A., Grupo Penta&Cia. S.A., Calvento S.A. y Vale Mitre S.A.”.

Valle Mitre fue gerenciadora de hoteles de los Kirchner, entre ellos el Alto Calafate, y la Justicia siempre intentó dilucidar las huellas que fue dejando, lo cual logró a partir de las pesquisas de los sabuesos marplatenses. En su momento, se sospechaba que la firma podría haber sido un eje central en las maniobras investigadas, y según pudieron determinar los investigadores, entre 2008 y 2013 el hotel Alto Calafate recibió ganancias por más de US$ 4 millones y $ 12 millones.

En las reinspecciones realizadas desde Mar del Plata, “se destacó que la firma suscribió junto a Austral Construcciones un “Contrato de Consultoría Integral en materia hotelera y asesoramiento general para el desarrollo y/o apertura de nuevas unidades de negocio”, según afirmó la Justicia, agregando que dicha suscripción “tendría por fin que el consultor – Valle Mitre S.A.- brindase al cliente -Austral Construcciones S.A.- un servicio de análisis de la potencialidad de desarrollo de unidades de negocios destinadas a la prestación de servicios de hotelería en inmuebles de Austral Construcciones S.A. o que fueran administrados por dicha firma”.

Las áreas sobre las que la gerenciadora supuestamente debía realizar sus tareas de consultoría eran las siguientes: Recursos Humanos, Tecnología de la Información, Administración y Control, Marketing y Ventas y Operaciones. En virtud de esos asesoramientos, ACSA abonó a Valle Mitre durante 2010 la suma aproximada de $12.256.451,45 en concepto de honorarios, representando el 54,68{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} del total de su facturación para aquel año.

En otro orden, la AFIP “determinó que no existió vinculación entre los gastos y créditos fiscales computados en la operatoria de Austral Construcciones S.A. y Valle Mitre S.A. y sus ingresos declarados”, resaltando que “la firma no declaró ninguna actividad de asesoría comercial que fuera taxativamente expuesta en el convenio celebrado con ACSA, por lo cual el Fisco infirió que la firma se dedicó exclusivamente a la administración del Hotel Alto Calafate”.

De tal manera, los funcionarios marplatenses concluyeron que “los ingresos computados por la actividad hotelera (que representaba el 42{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} de los ingresos totales de Valle Mitre S.A.) no resultaban suficientes para cubrir los costos de esa misma actividad, por lo que el convenio disimularía lo que fue una transferencia de fondos por parte de Austral Construcciones S.A. para compensar el desequilibrio existente”.

Además, se logró determinar que “los montos evadidos como consecuencia de las conductas allí enrostradas alcanzaron en el período fiscal 2010 la suma de $46.461.367,62 para el Impuesto a las Ganancias y $23.959.038,84 para el Impuesto al Valor Agregado”.

Así lo explica una fuente de la investigación: “Claramente las consultorías eran inventadas, y fue la única forma que encontraron para poder inyectar los fondos para justificar el déficit que se les generaba por los alquileres”. Y añade que “Valle Mitre le facturó a Austral sumas irrazonables en tareas de consultoría que nunca realizó y en habitaciones que nunca se ocuparon. Ambas típicas operatorias de lavado”. Austral le inyectó fondos a Valle Mitre por $70 millones.

Un dato que ratificaría la operatoria es que Valle Mitre solo tenía empleados gastronómicos en su nómina. Es decir, ningún profesional capacitado para realizar consultorías ni contrataciones con terceros.

La fuente consultada señala que la operatoria le permitía “a Valle Mitre generar los ingresos y la caja que posibilitara pagar irrazonables alquileres fuera de valores de mercado a los Kirchner, dueños de la propiedad”, y a Austral Construcciones “retirar el dinero de sus cuentas bancarias que habían ingresado en blanco por la obra pública sobrefacturada o que nunca se hizo, para hacerse del efectivo mediante facturas apócrifas de Valle Mitre, La estación, Don Francisco, etc. por servicios de consultoría inexistentes y habitaciones nunca ocupadas”.

Pese a la abundate evidencia, los jueces del Tribunal 5 decidieron sobreseer a Cristina Kirchner y a sus hijos.

Pablo Portaluppi Informar.ar