De acuerdo a las denuncias, la estafa de la empresa Al Mundo se remonta a varios años atrás, cuando la cotización de los pasajes, tanto terrestres como aéreos, y los alojamientos a través del sitio web arrojaban montos inferiores a los que el turista terminaba pagando de forma presencial. Según las acusaciones, cuando llegaba la hora de efectivizar el pago, siempre se encontraba una diferencia sustancial.

Según los representantes de la compañía, estas diferencias se debían a los cambios en la cotización del dólar al momento de concretar la transacción. El resultado era siempre el mismo: los montos finales a abonar por los clientes eran de varios miles de pesos por encima de lo que se había reflejado en el sitio de Al Mundo, apenas unas horas antes.

Sin embargo, con el inicio de la cuarentena en marzo de 2020 la ola de turistas que se sintieron estafados con Al Mundo se multiplicó. Ya en el 2019, cientos de familias comenzaron a planificar sus vacaciones para el año próximo y compraron paquetes vacacionales en el sitio web de la empresa o en los locales de Al Mundo. En este sentido, los comercios más apuntados por los denunciantes fueron los de Unicenter en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el de la ciudad de La Plata. A través de ellos, se comercializaron paquetes turísticos, vuelos y reservas en hoteles.

A partir del decreto del mes de marzo dictado por el presidente Alberto Fernández, las compañías aéreas comenzaron a comunicarse con los usuarios informándoles acerca de suspensiones y ofreciendo la reprogramación de vuelos y reservas de hoteles para una fecha posterior. En este esquema, la compañía Al Mundo aseguró “no estar enterada de dicha suspensión o reprogramación”. La confusión e indecisión comenzaba a tomar cuerpo.

De acuerdo a la normativa vigente, aquellos que no podían reprogramar sus viajes y, por ende, optaron por solicitar el reembolso de su dinero, debían gestionar la devolución a través de las agencias de Al Mundo y no de manera directa con las compañías de aeronavegación. Entonces, comenzó la pesadilla.

“Comunicarnos por vía telefónica para solicitar el reembolso fue una odisea. Nadie atendía y, cuando lo hacían, se negaban a dar datos como apellidos o cargos. Sólo eran una voz que nos aseguraba que ‘iban a efectuar la consulta ante las compañías de aeronavegación para verificar si correspondía el reembolso’. Días después, se comunicaban para asegurarnos que en un período de entre 90 y 120 días se haría efectivo el reembolso”, recuerda uno de los damnificados.

Transcurrido ese plazo, los agentes de Al Mundo se comunicaban vía mail para asegurar que “debido a deliberaciones”, los pagos iban a posponerse por algunos días. Sin embargo, al cumplirse nuevamente el plazo, no se efectivizaba ningún pago.

La estafa recién iniciaba. Ante la queja de los clientes, trabajadores de Al Mundo respondían que “los montos ya habían sido acreditados en sus respectivas tarjetas de crédito y se verán reflejados en los siguientes resúmenes de tarjeta”. Estos reembolsos, en la práctica, jamás se concretaban. Ante los nuevos reclamos, la compañía continuaba alargando la situación exigiendo el envío de copias de los resúmenes para “gestionar un nuevo pedido ante las compañías aéreas”. Además, anticipaban que “dicho pedido iba a demorar algunos meses más”.

Hasta el momento, cuando en la mayoría de los casos ya pasaron dos años desde la adquisición de los pasajes, paquetes y alojamientos turísticos, el 95 por ciento de los damnificados de Al Mundo aún no ha recibido de nuevo su dinero. Quienes lograron comunicarse con la compañía, obtuvieron como respuesta que “sólo se efectivizará la devolución de una parte del monto original, en pesos, sin actualizarse y sin tomar en cuenta la inflación de los últimos dos años o la devaluación de la moneda”.

Eso no es todo: Al Mundo cobrará además honorarios, a pesar de no haber brindado servicio alguno a sus clientes. (www.REALPOLITIK.com.ar)