El nuevo ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, mantuvo una reunión, de poco más de una hora, durante esta mañana con organizaciones sociales que no apoyan al Gobierno. El objetivo fue claro: buscan una tregua a nueve días de las elecciones PASO y evitar así nuevos cortes y movilizaciones en el centro porteño y los accesos a la Ciudad de Buenos Aires.

Allí, las diferentes organizaciones piqueteras pusieron sobre la mesa sus pedidos al Estado. Desde el Polo Obrero, presentaron un documento para generar “un millón de puestos de trabajos genuinos que reemplacen a los planes sociales”. Eduardo Belliboni, en representación de mencionados piqueteros, reconoció a Zabaleta que “Estamos en un piso superior al de hace un tiempo: pasamos de discutir asistencia con alimentos a trabajo y salida de la pandemia”.

La reunión tuvo momentos tensos, sin embargo, se llegó a un punto en común, que por cierto, ninguna novedad aportó: “Trabajo genuino, urbanización y Estado presente”.

Uno de los momentos más tensos, según lo dicho por Belliboni a Infobae, fue cuando se habló del acuerdo con el FMI: para los piqueteros, “será un condicionante para llevar adelante cualquier tipo de política social (…) un acuerdo con el FMI implicará recortes y ajuste contra el pueblo y dinamitará cualquier posibilidad de un programa serio para generar puestos de trabajo genuinos, que es lo que pedimos”.

“Cómo máximo dos semanas”, es lo que mide la paciencia del Polo Obrero para con el Gobierno, en cuanto a las propuestas por ellos presentada. “Hasta mediados de septiembre. Si no hay una respuesta a nuestros reclamos, saldremos a manifestarnos en las calles como ya lo hemos hecho. Valoramos el compromiso de estudiar nuestro plan para la generación de empleos, pero acá vemos una primera barrera: el presupuesto. Acá hay medidas que las deben tomar varios ministerios. Y si el de Trabajo tampoco nos da respuestas, iremos a manifestar también a las puertas de ese edificio”, afirmó.

La carta que los movimientos sociales al Gobierno es clara: “Reemplazar la política de planes sociales y asistencialismo creada por los gobiernos de los últimos años 20 años, sin conseguir modificar la situación de pobreza, desocupación e indigencia en la que millones de familias se encuentran y la generación y estimulo de trabajo genuino bajo convenio, y con todos los derechos conquistados por las y los trabajadores”.

La propuesta de los movimientos sociales opositores contempla también “la necesidad de dar respuesta a la falta de urbanización, escuelas en todos sus niveles, conjuntamente con las viviendas populares que permitan empezar a resolver el drama social de la vivienda propia que sufren millones de personas en nuestro país”.