La secretaria legal y técnica Vilma Ibarra reconoció que el decreto que modificó la ley de vacunas para comprar la variante contra el Covid 19 del laboratorio Pfizer incluyó como garantías las regalías, pero aseguró que no se refiere a las que perciben las provincias por las explotaciones hidrocarburíferas.

“Hay un pedacito de regalías que cobra el Estado nacional, que es la liquidez que se puso. Y es por si no responde el fondo de reparación que creamos, no responde el Estado, tuviera que hacerlo un proveedor y cuando se da vuelta tampoco paga el Estado. ¡Todo esto no pasó ni siquiera con el default de 2001!. No hay ningún bien provincial involucrado”, aclaró Ibarra durante una exposición realizada ante la bicameral de trámite parlamentario, que debatió el decreto firmado el último viernes por el presidente. Cambiemos votó en contra y pidió traducirlo en un proyecto de ley.

 

Como anticipó LPO, el diputado de la UCR Gustavo Menna identificó que entre las modificaciones a la ley de vacunas está la eliminación de los “impuestos y/o regalías adeudadas” y “los derechos para recaudar impuestos y/o regalías” entre las excepciones a las cláusulas de indemnidad.

Y no hace diferencia entre la Nación y las provincias, que a partir de la reforma constitucional de 1994 cobran regalías por explotaciones hidrocarburíferas al tener “el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”.

Ibarra no identificó cuáles regalías son las nacionales que colocó como garantía ante un eventual incumplimiento contractual con los laboratorios, pero insistió en que “de ninguna manera” las provincias no perderán su porción de divisas.

Hay un pedacito de regalías que cobra el Estado nacional, que es la liquidez que se puso. Pero de ninguna manera esto influye en las provincias. Creamos un fondo de reparación y mal podríamos cobrarles.

“Creamos un fondo de reparación que es del Estado nacional y mal podría cobrarle a las provincias”, se explicó.

El fondo de reaparición creado en el decreto funciona como un resguardo ante la indemnidad reclamada por Pfizer y tiene la función de asistir a una eventual demanda contra el laboratorio, que por tratarse de una producción en tiempo récord pide estos requisitos. Según el DNU se financiará con el 1.25{688a8ce96c256f08401d8e2f5c8db48dc2792b622bdd2a5bb1e6509fa5d7b8e2} del valor de cada vacuna aplicada, pero ante una pregunta del diputado del PRO Pablo Tonelli Ibarra no supo señalar cómo se conseguirán esos fondos. Serían parte del presupuesto nacional. “Está pensado para dar una señal”, minimizó.

 

En caso de no alcanzar los recursos pueden aplicarse las garantías, entre las que el decreto mantiene excluidos los bienes públicos, pero ya no a los privados y a las regalías, como en la ley. Sí incorpora entre las protecciones al fondo de garantías de sustentabilidad de Anses. “Eso demuestra que defendimos nuestra soberanía”, se jactó Ibarra.

La funcionaria expuso junto a la ministra de Salud Carla Vizzotti y a la asesora presidencial Cecilia Nicolini, quien participó de las negociaciones con los laboratorios por la compra de vacunas. El decreto no corre riesgo, porque sólo puede eliminarse con el voto de las dos Cámaras del Congreso y la supremacía del oficialismo en el Senado garantiza su aplicación. El jefe de ese bloque José Mayans anticipó que se tratará la semana que viene.

Por eso Alberto envió a sus funcionarios a defenderlo, después de meses de recibir ataques de Cambiemos por no haber podido contratar las vacunas de Pfizer, que realizó hace un año un ensayo en el país con más de 6000 voluntarios pero luego no acordó condiciones para firmar.

“Estoy muy reconfortada, porque hemos logrado explicitar las dificultades de las negociaciones. Nos decían ‘porqué no arreglaron esto en un día’. Por no era fácil. No era cambiar una palabra. Y si algo tuvimos en cuenta son los intereses de Argentina”, señaló Ibarra.

La funcionaria contó que después de sancionar la ley de vacunas en octubre los laboratorios estadounidenses pidieron cláusulas que no tenían marco legal y se trabajó en una eventual modificación de la ley “para compatibilizar las demandas de intereses de laboratorios y los soberanos de Argentina”.

Y justificó el decreto del viernes en “la importancia de contar con la vacuna de uso pediátrico para comorbilidades y las que aporte el mecanismo Covax,  un mayorista promovido por los organismos internacionales.

 

La otra modificación es la eliminación de la palabra negligencia, como causal del laboratorio para perder la indemnidad. El Gobierno señaló desde diciembre que el término fue el que trabó las negociaciones, pero nunca explicó bien porqué no lo borró de la ley con el decreto que recién firmó ahora.

“No era la única traba, pero a partir de los últimos meses se han morigerado las demandas de los laboratorios”, se justificó Ibarra ante una pregunta de la diputada oficialista Carolina Gaillard.

Ante una pregunta del también diputado del Frente de Todos Pablo Yedlin, Ibarra dijo que no hubiera servido la modificación de la ley de vacunas de Cambiemos cajoneada en Diputados, reducida a borrar la palabra negligencia.

“Esto es producto de una larga negociación. No es es ir a la esquina a comprar galletitas. Esto es un laboratorio con casas matrices, con asesores globales y hemos hecho enormes esfuerzo para acercar posiciones que estaban muy lejos”, destacó Ibarra.

 

“¡No me vengan con esas chicanas! Una ley, cuando está en tratamiento, se puede modificar. Le propongo ponerla en tratamiento y en 48 horas es sancionada”, respondió el diputado del PRO Pablo Tonelli.

El decreto, aclaró Ibarra, prevé que los contratos se van a establecer el modo de recepción de la mercadería. Y se sustituyó la frase conducta maliciosa o fraudulentas por “dolosas”.

No respondió la pregunta del diputado radical Luis Petri sobre la decisión de reducir al mínimo la compra de vacunas mediante el mecanismo Covax. Y aclaró que el decreto invita a la adhesión de las provincias en caso de que alguna quiera comprar vacunas y necesita la garantía nacional. Por ahora, ninguno pudo hacerlo.

Vizzotti se limitó a celebrar el aumento de la vacunación. “Teníamos capacidad para aplicar 5 millones de dosis semanales y llegamos a 8. Y se llegó a 430 mil dosis diarias. El ritmo es tan potente como el de Estados Unidos”.

La ministra confió en firmar contratos bilaterales, para seguir ampliando la llegada de vacunas a partir de nuevas evidencias científicas, como las que surjan de la aparición de cepas.