El lunes, la capital rusa igualó los 34,7ºC, el máximo histórico alcanzado en un mes de junio en 1901, según la agencia Rosguidromet. Y el jueves y el viernes, se podrían superar los 35ºC.

“Esto se explica por el cambio climático mundial y conlleva récords de calor en la capital”, dijo Marina Makarova, meteoróloga de Rosguidromet.

El récord de temperatura en Moscú (+38ºC) se remonta a julio de 2010, cuando una amplia parte occidental de Rusia sufrió una canícula y enormes incendios, informó la agencia AFP.

Según numerosos científicos, Rusia, en particular Siberia y el Ártico, figuran entre las zonas más expuestas del mundo al cambio climático.

En los últimos años se batieron varios récords de calor, así como gigantescos y inhabituales incendios.

En junio de 2020, en Verjoyansk, dentro del círculo polar ártico, se alcanzó una temperatura de 38 grados, el nivel más elevado desde que comenzaron los registros meteorológicos a finales del siglo XIX.

El derretimiento del permafrost –el suelo helado– amenaza infraestructuras y puede lanzar a la atmósfera inmensos volúmenes de gases de efecto invernadero.

Pero el calentamiento también ofrece ventajas para Rusia, como la explotación de los recursos naturales del Ártico o el desarrollo de una ruta marítima gracias al retroceso de la superficie helada.

Fuente: Télam