Como consecuencia de un fuerte viento proveniente del sur que sopló durante toda la noche del sábado en la localidad bonaerense de Junín, miles de peces que habitaban en la Laguna de Gómez fueron arrastrados hasta la orilla, donde terminaron muriendo.

Los habitantes de esta ciudad ubicada en el interior de la provincia de Buenos Aires se sorprendieron cuando, al despertar por la mañana de este domingo, se encontraron con la imagen de los pejerreyes, carpas y bagres apilados en el suelo, a metros del agua.

Según publicó el diario local Democracia, este fenómeno se originó porque las grandes ráfagas removieron el fondo de la laguna donde hay gran concentración de detritos, producto de la sequía que afectó a la zona en los últimos días.

Estos detritos son partículas que surgieron como resultado de la descomposición de una masa sólida, y causaron la falta de oxígeno en el agua que derivó en la muerte de los peces que, ya sin vida, fueron arrastrados por la corriente tierra firme.