La aparente debilidad de Trump en muchos de los trofeos electorales más grandes del país lo deja con un estrecho margen para alcanzar los 270 votos del Colegio Electoral requeridos para lograr una victoria, si no es que sucede una derrota sorpresiva o un error sistémico de las encuestas de opinión que sea mayor a los tropiezos de la elección de 2016. Si la ventaja de Biden se mantuviera en tres de los cuatro estados incluidos en el sondeo, casi con certeza podría ganar, y si se llevara Florida es posible que solo necesite ganar uno más de los estados grandes donde Trump se impuso en 2016 para asegurar la presidencia.

En los días previos al cierre de la campaña, Biden mantiene una ventaja modesta en Florida, donde va por encima de Trump por tres puntos, 47 por ciento a 44 por ciento. Lidera por seis puntos tanto en Arizona como en Pensilvania. En ningún estado Trump obtuvo más del 44 por ciento.

El margen de error en Wisconsin y Florida es de 3,2 puntos porcentuales, 3 puntos en Arizona y 2,4 puntos en Pensilvania.

Desde finales de la primavera pasada, Biden ha mantenido una ventaja consistente en el mapa electoral en los sondeos del Times. Aunque ha variado con el tiempo y difiere según el estado, en ningún momento ha quedado detrás de Trump en los estados pendulares que muy probablemente decidirán la elección.

La ventaja de Biden está blindada contra cualquier suceso de último minuto en la contienda debido a la escala de votos anticipados y votos por correo que ya se han emitido, mientras el país lidia con un resurgimiento del coronavirus. Para el mediodía del sábado, más de 90 millones de estadounidenses ya habían emitido su voto, según el United States Election Project. En tres de los cuatro estados encuestados por el Times, una mayoría de los participantes respondieron que ya habían votado, siendo Pensilvania la excepción.

El presidente, que por una pequeña ventaja se llevó los cuatro estados al enfrentar a Hillary Clinton, ahora va por detrás de la proporción que logró en 2016 en todos ellos, una posición muy grave para un presidente titular, días antes de la elección. También va rezagado de manera consistente en las encuestas públicas de Michigan, otro gran estado que ganó en 2016 y que, junto a Wisconsin y Pensilvania forma parte de la llamada Muralla Azul de los Grandes Lagos que durante décadas solía pertenecer a los demócratas.

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