“Hay que sumar muchas macanas para que hoy el billete a $140 sea una opción”. En este pensamiento en voz alta de un reconocido economista con llegada al MECON se resume parte del sentimiento que hoy invade al mercado. Dos viernes atrás desde esta sección se alertó que tras las ventas del BCRA en agosto (casi u$s1.300 millones) “algo estaba por venir”. No había secretos. Ahora bien, ya no se trata de las formas sino de los contenidos. Es un secreto a voces la bronca de la línea del MECON luego de conocer los anuncios cambiarios del BCRA. El Grupo Callao está a full, pero parece no acertar el vizcachazo. Una ola de pesimismo se adueñó del ánimo de los inversores que no ven hacia dónde va el equipo económico. Apenas pasaron dos semanas del anuncio del cierre del canje con los bonistas y otro tanto del canje local con un nivel de adhesión casi pleno. Se envió la carta al FMI para negociar. Parecía que la pista ya estaba despejada para despegar, pero desde la torre de control le dijeron al piloto que aborte la maniobra. Apareció el Presupuesto 2021 y con este, el tan ansiado “plan” del Gobierno.

Sin embargo todo pasó sin pena ni gloria. Y hoy el mercado, los inversores y los ahorristas perciben un ruido innecesario que desestabiliza la toma de decisiones. La política tampoco ayuda. Para nada. Ambos bandos se disputan la batalla dialéctica y las chicanas confunden al electorado que hoy no está para escuchar nada de las legislativas del próximo año y menos de las PASO. Las declaraciones oficiales tampoco colaboran a apaciguar los ánimos. Después de los recientes fallidos reportajes del exsuperministro Guzmán y del propio Presidente, no se entiende cómo la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, sale a decir que el Gobierno no va a devaluar. Parece obvio, sino ¡para qué hicieron esto! O el propio titular del BCRA, Miguel Pesce, declarando que no hay razones para inquietar a los depositantes de dólares. Un sesudo politólogo, excompañero de colegio de Pesce, recordaba que mientras ellos jugaban a la pelota en el patio, Don Miguel soñaba con ser presidente del BCRA. Hoy más que un sueño parece una pesadilla. Más ruido con la compra de dólares en los bancos y home banking -entendible ante el cambio de normativa y adaptación de los sistemas y procesos pero que inquieta a la gente- y complicaciones para los tenedores de argendólares en acceder a las sucursales.

Todo un berenjenal imprevisto. Ni qué hablar del tema de la deuda corporativa, que se puso sobre la mesa cuando nadie esperaba que el rollover fuera contaminado por el fantasma del default, luego de haber concluido una exitosa reestructuración de la deuda bajo ley extranjera. “Si las mentadas 60 medidas van a ser así, como estas, mejor que ni las presenten”, ironizaba un legendario hombre del mercado de reconocido linaje peronista. Sin lugar a dudas es momento de parar la pelota. Evitar ruidos innecesarios, y repensar algunas de las últimas medidas. Uno de los principales gurús de la City, muy temprano ayer, fijaba frente a un selecto grupo de inversores que ahora la clave era ver si compra o vende el BCRA en los próximos quince días. Un viejo lobo del mercado decía “habrá que hacer el hisopado cada día, nomás”. Al respecto, el lunes pasado irónicamente el BCRA volvió a comprar después de 18 jornadas consecutivas de ventas netas desde el 18 de agosto. ¿Por qué el fin de semana pasado se decidieron las nuevas restricciones?, sencillamente porque al día 11 el BCRA había vendido más de u$s1.000 millones. Estaba claro que, como señalamos, se trataba de un ritmo insostenible. Ahora desde los despachos oficiales apuestan a que tanto el nuevo dólar ahorro, ya casi un gemelo del blue, como el paralelo desalienten la dolarización. ¿Pero cuánto valía un salvavidas en la cubierta del Titanic? Son apuestas muy arriesgadas sino hay detrás coherencia y consistencia de los hacedores y gestores de la política económica. Por otro andarivel va la política, con su agenda propia, disociada de la de la población.

Mientras un conocido gestor, que la semana pasada había advertido por los rescates de los fondos dolar linked se lamentaba de las compras online con tarjeta en dólares para Rosha Hashaná para familiares en el exterior, el “El Escocés”, reconocido gestor de los ’80 y ’90, le comentaba que de afuera “cero flujo” para Argentina, y si había alguna orden era para vender. Ya algunos se preguntan si MSCI estará buscando alguna otra categoría para incluir al país que parece caerse de la frontera. Ahora sí comienza el imperio de la “brecha”. Shaná Tová

 

fuente Ámbito Financiero

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