El gobierno nacional restringió de 8000 a 1800 la cantidad de locales gastronómicos que podrán abrir en la Capital Federal en una decisión que sumó más tensión política

La política en tiempos de pandemia se despliega en zooms, salones virtuales, exposiciones on line y, mal que le pese a Horacio Rodríguez Larreta, a través de resoluciones administrativas. A las dos últimas que casi a la medianoche publicó Santiago Cafiero, el Jefe de Gobierno porteño no se las esperaba y lo obligará a dar marcha atrás con varios anuncios que ya hizo, porque si antes podían abrirse 8000 locales, ahora solo 1800. Imposible no leerlo políticamente.

Dicen en Uspallata que cuando los abogados administrativistas leían hoy temprano el texto no salían de su asombro, ya que estaban seguros de que “está todo bien”. Tanto que, a las 8.30, se anunció el plan de habilitación de 15 áreas peatonales transitorias para facilitar el distanciamiento social, brindando espacio al aire libre a locales gastronómicos que no los tenían autorizados previamente.

Ahora, la resolución administrativa de la Jefatura de Gabinete es bien clara: “podrá desarrollarse” cuando la habilitación para funcionar al aire libre estuviera otorgada “por la autoridad correspondiente de la jurisdicción con anterioridad del dictado de la presente decisión administrativa”. Por otro lado, precisa que la actividad gastronómica deberá organizarse a través de la organización de turnos.

El Jefe de Gabinete viene dando pasos consistentes para alinear su gestión con los sectores más duros del Frente de Todos. Al igual que su jefe político, Alberto Fernández, fue dando espacio a las visiones no solo de Cristina Fernández de Kirchner sino de los funcionarios que representan sus políticas en el Gobierno, desde el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro hasta el presidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner.

Claramente, hay una decisión de ese sector de anular el posicionamiento político de Rodríguez Larreta, que a través de su imagen moderada y en medio de la lucha contra la pandemia, se viene destacando en forma consistente en las encuestas de un modo que el Gobierno considera peligroso en términos electorales.

Pero quizás el dato más interesante es la constatación de que Cafiero comprendió que tiene tiene las herramientas para condicionar a la oposición que generan aprobación en el kirchnerismo, el sector mayoritario del Frente de Todos y, sin duda, el que tiene una visión estratégica de la que carecen los demás.

Cristina y Alberto ingresan al Museo del Bicentenario a hacer el anuncio del canje de la deuda. Santiago Cafiero y Sergio Massa ya estaban sentados, esperándolos. (Presidencia)Cristina y Alberto ingresan al Museo del Bicentenario a hacer el anuncio del canje de la deuda. Santiago Cafiero y Sergio Massa ya estaban sentados, esperándolos. (Presidencia)

En la Jefatura de Gabinete están especialmente satisfechos de que el nieto del padre de la renovación peronista haya encontrado un camino para sostener su lugar central en el Gobierno y, a un tiempo, actuar como un garante de la gestión, hasta hace poco muy criticada internamente. Y ponen como hito la realización de la “mesa de los cinco” que convoca semanalmente el Presidente, que además de Cafiero integran Máximo, De Pedro y Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados. “Hoy por hoy, ese es el lugar donde se toman las decisiones más gruesas y las más finas también, y es lo que empezó a normalizar la organización del Gobierno”, comentaron a Infobae.

En la Ciudad de Buenos Aires se vive distinto. Todo indicaría que Rodríguez Larreta tendrá que redactar ahora un nuevo DNU dando marcha con muchas de las cosas que ya había comunicado. No podrá actividad gastronómica en patios y salones interiores, en terrazas o en jardines, sean o no colgantes, como en algún momento enunció la Vicepresidenta como síntoma de “opulencia”.

¿Qué le queda al Jefe de Gobierno porteño? No tiene la lapicera, así que su única apuesta es seguir dialogando con paciencia y resignación.