Las autoridades chinas han confirmado que un pastor de la región de Mongolia interior está infectado con la peste bubónica. La comisión sanitaria de la ciudad de Bayannur, donde el paciente se encuentra ingresado en condición estable, ha declarado una alerta de nivel 3 (la segunda más baja de un sistema de cuatro niveles) y el gobierno regional ha pedido a sus habitantes que no cacen, consuman ni transporten animales potencialmente infectados -en particular marmotas – y que informen sobre cualquier roedor muerto o enfermo para que pueda ser analizado.

La peste bubónica, responsable de la pandemia que diezmó las poblaciones de Europa y Asia en el siglo XIV, está causada por una bacteria, la Yersinia pestis. Se transmite principalmente a través de las pulgas que infectan a los roedores o por contacto directo con estos. Aunque el último gran brote ocurrió a principios del siglo XX, los casos de peste en humanos siguen siendo relativamente comunes en todo el mundo. Los tres países más afectados en esta década son Madagascar, la República Democrática del Congo y Perú, aunque en lo que va de siglo también se han registrado casos en Zambia, India, Malawi, Argelia, China y Mongolia.

En regiones donde la enfermedad es endémica, la peste continúa circulando en forma de epizootia (epidemia animal) en los roedores del subsuelo. En el caso de Mongolia interior, los huéspedes suelen ser marmotas, muy abundantes en zonas rurales. Rusia ya ha puesto en marcha patrullas para impedir la caza de este animal en su frontera con China y Mongolia, después de que ambos países notificaron otros casos sospechosos. “Por el momento no consideramos que haya un riesgo alto, pero estamos supervisando de cerca la situación junto a las autoridades chinas y mongolas”, ha explicado Margaret Harris, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

TRATAMIENTO CON ANTIBIÓTICOS

Los expertos explican que las probabilidades de que los casos registrados en Asia se extiendan más allá de estos países son muy escasas. “La plaga es endémica (está siempre presente en niveles bajos) en los animales salvajes de esta región, y unos pocos casos en humanos aparecen todos los años”, explica la doctora Susan D. Jones, especialista en Ecología de las enfermedades de la Universidad de Minnesota. “Una persona contrae la enfermedad por contacto directo con animales enfermos; a menos que se convierta en una infección pulmonar no se propaga fácilmente entre las personas”. Por otro lado, los expertos explican que aunque la Y.pestis es un virus capaz de mutar, “en el pasado ha mutado de forma muy lenta, no es como como el coronavirus o la gripe, que pueden mutar con rapidez”.

Aunque la peste bubónica fue en otro tiempo la enfermedad más temida del mundo, hoy en día puede ser tratada fácilmente con antibióticos, “por lo que la mayoría de los pacientes se recuperan y no la propagan”, aclara Jones. Los síntomas incluyen fiebre alta, escalofríos, náuseas, debilidad e inflamación de los ganglios linfáticos. En los casos en los que la enfermedad afecta a los pulmones, recibe el nombre de peste neumónica, la forma más grave y más contagiosa. La OMS explica que la neumónica es siempre mortal si no se trata pronto y que puede desencadenar epidemias graves con transmisión de persona a persona a través de gotículas respiratorias suspendidas en el aire.

Así, Madagascar vivió un brote con más de 2000 casos en 2017, que provocó más de 200 muertos. “Las condiciones climáticas, ecológicas y sociales pueden causar un brote temporal. Los casos se multiplican entonces, el riesgo de peste neumónica aumenta y la situación puede ser más difícil de manejar”, explica Alice Lebreton, del Institut de Biologie de l’École Normale Supérirure de París. “Pero creo que la situación actual en Mongolia y China no tiene nada que ver, en parte por la experiencia en el control de la plaga que hay en esta región, y en parte por la muy baja densidad de población en esta zona rural”.

FRACASOS EN LA ERRADICACIÓN

A pesar de los esfuerzos a gran escala de programas como el que desplegó la Unión Soviética en Asia Central, la enfermedad no ha podido ser erradicada completamente. Desde entonces, las autoridades sanitarias privilegian una estrategia de control y no de eliminación. “Es poco probable que la plaga sea erradicada en todo el mundo, por la existencia de reservas animales ecológicamente complejas, que seguirán albergando la bacteria”, señala Lebreton. “Los intentos de erradicar los insectos, mediante el uso masivo de insecticidas, o los roedores resultaron ecológicamente desastrosos y bastante ineficaces, ya que las poblaciones siempre se recuperan”.

En mayo del año pasado dos personas murieron en Mongolia a causa de la peste, que contrajeron después de comer la carne cruda de una marmota. En lo que respecta a Europa, aunque el continente fue violentamente afectado en otros periodos, durante la Peste Justiniana y la Peste Negra, el bacilo no es endémico. En un informe de 2018, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) señalaba que no se ha producido ningún caso de peste “desde hace varias décadas” en el continente.