Ni Brian de Palma con su Misión Imposible o Guy Hamilton con su 007 contra Goldfinger se hubiesen animado a tanto. Ninguno de estos dos directores de películas clásicas del mundo del espionaje se hubiera imaginado un libreto similar al que craneó el macrismo; aunque a veces la realidad supera a la ficción. Tanto los agentes Ethan Hunt como James Bond solían estar en peligro, sin embargo terminaban escapando de situaciones adversas, lo que no parece ser el destino de los espías de Mauricio Macri.

La obsesión por espiar del líder del Pro era conocida incluso antes de asumir como presidente, cargo que tomó en condición de “procesado” por el espionaje a su fallecida hermana Sandra y a su también fallecido cuñado Néstor Leonardo. Desde el gobierno de la Ciudad, Macri comenzó a desplegar un sistema de inteligencia ilegal que cobró mucha más estructura una vez instalado en la Casa Rosada, con la impunidad que le garantizó ser absuelto en esta causa.

La investigación conducida por el titular del juzgado Federal Nro. 1 de Lomas de Zamora, Federico Villena, asoma como la punta del iceberg de un entramado oscuro de maniobras fraudulentas para extorsionar y armar causas a dirigentes opositores, hasta tener bajo seguimiento y control a los propios aliados de Juntos por el Cambio. A medida que la Justicia avanza, resulta inimaginable la cantidad de operaciones orquestadas bajo la batuta de Gustavo Arribas Silvia Majdalani, ex números uno y dos de la AFI -respectivamente–, quienes respondían directamente a las órdenes de Macri.

No obstante, toda organización de este tipo necesita de un hombre de extrema confianza para encargarse de las tareas sucias con un equipo especialmente a su disposición, responsabilidad que recayó en Alan Ruiz, nombrado como director de Operaciones Especiales de la AFI en el 2017. Recomendado por Patricia Bullrich MajdalaniRuiz pasó del ministerio de Seguridad de la Nación a la central de inteligencia, donde armó un gran operativo con policías de la Ciudad, a quienes conocía desde su época en la Metropolitana comandada por Jorge “Fino” Palacios. 

En el 2009, con 34 años, Ruiz ingresó a las fuerzas de seguridad porteña con el grado de oficial Mayor, donde permaneció hasta su baja voluntaria, efectivizada el 11 de diciembre de 2015 ya como subinspector. En ese periodo conoció a Leandro César Araque y Jorge Horacio Sáez, con quienes integró posteriormente, en la AFI, el grupo de espías autodenominado Super Mario Bros. Asimismo, Ruiz resultó una pieza fundamental para Palacios, quien tenía una consultora que colaboraba con la AFI, específicamente con el área 85 de Contrainteligencia.

Previo a su desembarco a la cartera de Seguridad que conducía la actual presidenta del Pro, Ruiz se desempeñó como director de Inteligencia Criminal en La Pampa bajo el mandato del ex gobernador Carlos Verna. Ya bajo la órbita de MacriBullrich, en 2016, fue coordinador de Asuntos Legales de la subsecretaría de Seguridad y, luego, coordinador del Programa de Búsqueda de Prófugos de la dirección Nacional de Operaciones de las Fuerzas Policiales y de Seguridad.

Por otra parte, una vez designado jefe de Operaciones Especiales de la AFI, articuló y sistematizó toda la información de las inteligencias de las fuerzas de seguridad, sobre todo lo que corresponde a la Policía de la Ciudad de Horacio Rodríguez Larreta. Además, como reveló este medio en exclusiva, el vínculo del ex agente con el actual jefe porteño quedó en evidencia cuando Araque y Sáez –quienes reportaban para Ruiz– fueron trasladados de la AFI al área de inteligencia de la Policía de la Ciudad, en diciembre pasado, a través de un memorando ad hoc de Gustavo Arribas a Diego Santilli, el vice de Larreta.

Lo concreto es que lentamente comienza a correrse el velo en torno al funcionamiento de los servicios de inteligencia durante el macrismo. Lo que comenzó con una confesión del narco “Verdura”, quien le contó al juez Villena que fue contratado por un abogado de la AFI (Facundo Melo) para operar con una credencial de la central de espías y llevar, entre otras tareas, un paquete bomba a la casa del ex subsecretario de Defensa José Luis Vila, parece dilucidarse y ya son varios los apuntados como responsables.


En actitud desafiante, Alan Ruiz, junto a otros agentes en actividad.

Una de los principales sindicados es Patricia Bullrich, quien, tal y como ocurrió con el falso abogado Marcelo D’Alessio, se despegó de Ruiz e insiste en no mantener relación con él, a pesar que el ex AFI era un hombre de máxima confianza para la presidenta del Pro.

La misma estrategia utilizó Macri con su ex coordinadora de Documentación Presidencial, Susana Martinengo, sindicada por recibir en su despacho de la casa de gobierno a los agentes involucrados en el espionaje ilegal. Tras la filtración de una foto juntos, desde el entorno del ex presidente dijeron que “es una imagen robada en medio de gente que se colaba y accedía al VIP” en el búnker de Costa Salguero en 2015, día del triunfo electoral de Macri.

En tanto, los espías están más que comprometidos con los operativos que montaron, según consigna el expediente judicial, para vigilar el Instituto Patria y la casa de Cristina Fernández de Kirchner –en Recoleta–, con equipos de agentes que cubrían las 24 horas.

Igualmente, Ruiz sería quien habría diseñado la carpeta “Operación Majul”, hallada en el celular de los agentes implicados, la cual hace referencia a la operación mediática montada por el periodista para encarcelar a los Moyano, según presiones denunciadas por el suspendido juez de Garantías de Avellaneda, Luis Carzoglio. (www.REALPOLITIK.com.ar)