El sitio Peridismo y punto dio a conocer documentos y fotografias que muestran como el Ejercito hace inteligencia en la villas y a la vez cava tumbas en forma secreta! 

 

A mediados de abril, una noticia conmocionó a la opinión pública: por el coronavirus y ante el temor a muertes masivas, en un cementerio cordobés habían empezado a cavar cien fosas por día. El trabajo era realizado por empleados municipales de la ciudad de Córdoba y efectivos del Ejército.

Cincuenta días después, la Argentina -afortunadamente- no ha necesitado de ellas. Pero PeriodismoyPunto pudo saber que la participación de los uniformados, que en medio de la pandemia vienen aportando apoyo logístico en distintos puntos del país, no fue casual. Concretamente, detrás de la localización de lugares aptos para el entierro de cadáveres infectados con COVID-19 estuvo la Dirección General de Inteligencia del Ejército, a cargo del coronel Gabriel Pietrovane. Así consta en una circular que lleva su firma, a la que este portal tuvo acceso exclusivo.

La participación de organismos de inteligencia en asuntos internos está prohibida por el artículo 4° de la Ley de Inteligencia Nacional. El jefe del Ejército, General de Brigada Agustín Humberto Cejas, parecía tenerlo claro. “Tenemos una estructura legal. Hay una ley de inteligencia que regula las actividades. La Dirección Nacional de Inteligencia forma parte de esa estructura y tiene claramente una función dividida en inteligencia de combate para la fuerza operativa”, dijo la semana pasada a Infobae cuando se lo consultó sobre cuál es el nivel de la inteligencia militar.

Sin embargo, la participación de la Dirección de Inteligencia la lucha contra el coronavirus y sus consecuencias lo deja en offside. Además, su labor no sólo se restringe a ubicar locaciones para fosas. También viene relevando la situación en diversos ámbitos de interés para el Gobierno.

Documentos a los que PyP pudo acceder muestran que los espías verdes trabajan en el relevamiento de la situación de: los barrios populares; las cárceles; el estado de abastecimiento y funcionamiento de servicios esenciales (agua, luz, gas y telecomunicaciones); y del personal de salud.

En el mundo castrense sospechan que, con los trabajos de la Dirección de Inteligencia, el Gobierno “está cubriendo las falencias de otras agencias informativas”. Situación que recuerda a los tiempos del Teniente General (R) César Milani al frente del Ejército.

Curiosamente, en las últimas semanas empezó a sonar con fuerza el nombre de su ex mano derecha, el Coronel Mayor (R) Marcelo Granitto, en el Ministerio de Defensa. Dicen, está trabajando codo a codo con la presidenta del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa: Nilda Garré.

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