Más incorporaciones en el equipo Presidencial para manejar las redes sociales de Alberto Fernández tras el escándalo del RT.

El 2 de marzo pasado, fueron nombrados tres coordinadores para manejar la Comunicación Presidencial Digital y un Director en el área correspondiente.

Por un plazo de 180 días, el área de Comunicación y Prensa del Presidente de la Nación se agrandó con la incorporación de José Andrés Bossio a cargo de la Dirección de Comunicación Digital de Presidencia de la Nación. Se trata de un joven que venía trabajando en la campaña del Partido PARTE que participó en la campaña de Florencio Randazzo, en la provincia de Buenos Aires, acompañando a Alberto Fernández en aquella frustrante campaña del año 2017. Ese año el ex Ministro de Transporte no quiso bajar su candidato a Senador Nacional, a pesar de las presiones de la actual vicepresidenta de la Nación. Es un militante que le venía manejando el portal Alferdez y que armaba videos de campaña de Fernández en el bunker de la calle México.

Tendrá a su cargo a Camilo Accavallo, otro joven albertista, que fue designado como Coordinador Presidencial de Producción de Contenido Audiovisual, a Ángel Federico, encargado de la Coordinación de Administración, Planificación y Logística, también dependiente de Bossio y al periodista militante Juan Ignacio Agosto como Coordinador de Comunicación Presidencial Digital dependiente de la Subsecretaría de Comunicación.

Agosto formó parte del programa de la Televisión Pública, La Quinta Pata, durante el primer año de la gestión de Hernán Lombardi al frente de los medios públicos. A mitad de año le rescindieron el contrato y el periodista dejó trascender que su salida estaba vinculada a sus posiciones políticas. En el canal, la respuesta fue que el periodista “no realizaba aportes relevantes”. Pertenece a un grupo de periodistas afines al albertismo y cercano al Grupo Callao como se refleja en la foto con Nicolás Lantos y Miguel Cuberos. Hasta hace poco se desempeñaba en El Canciller.com. En las últimas horas, bajó su cuenta en Twitter.

Como alguno de los mencionados no cumplían con los requisitos solicitados, se consignó una “autorización excepcional por no cumplir los requisitos mínimos”. En teoría, sería retroactivo a marzo de este año. Pero no se trataría de acomodos.

El dato no es menor. Mientras, el país ingresa en la peor crisis de la historia económica argentina, el Estado argentino sigue sumando costosas voluntades de militantes de las redes sociales.

No deja de llamar la atención que el Presidente, hasta hace 24 horas, se jactaba de responder los mensajes sin intermediarios a los fanáticos que lo saludaban en su cumpleaños o al mismísimo hijo de Marley pasando por el cantante de Calle 13.

Pero cuando le da RT a un militante que insulta a un periodista, la culpa es del comunity manager. Nadie mencionó que es la misma cuenta de Twitter que viralizó mensajes difamatorios del ingeniero Ariel Garbanz, bautizado, según Revista Noticias como el profesor de los trolls K y que en agosto del 2019 denunciaba fraude electoral antes del batacazo de los Fernández. El mismo que se presentó, en el año 2007, como el primer arrepentido del espionaje K y explicaba cómo se hacían operaciones y pinchaban los teléfonos. Que el Presidente de todos los argentinos difunda esos disparates es preocupante.

Pero seguramente, los problemas de comunicación, serán cosa del pasado, ahora que hay nuevos coordinadores en el manejo digital de la comunicación presidencial.

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